SEIS RESES BRAVAS PERMANECEN AISLADAS A ORILLAS DEL RÍO ALAGÓN

Las cinco vacas en una imagen captada en el mes de junio.

Las cinco vacas en una imagen captada en el mes de junio.

Se encuentran en un ribazo de imposible acceso entre las localidades navarras de Caparroso y Marcilla.

Cinco vacas bravas y un becerro llevan aisladas desde hace más de dos meses en un pequeño ribazo de la margen izquierda del río Aragón situado entre Caparroso y Marcilla. ¿Cómo llegaron hasta ese insólito e inaccesible lugar, a los pies de una peña de unos 20 metros de altura, del que sólo podrían salir atravesando el cauce del río? Las excepcionales tormentas de la segunda semana de junio provocaron la crecida del río y su desbordamiento. La fuerza de esta riada, que también inundó las vaguadas de Caparroso, arrastró a las vacas hasta este terraplén que las salvó de morir ahogadas pero las condenó, rodeadas de agua y piedra, al más completo aislamiento.

Su propietario lamenta que ningún organismo avisara de la crecida a la persona que tiene arrendado el terreno donde se encontraban las reses antes de la crecida del río Aragón. “Para salvarlas tuvimos que hacer noche. Fue realmente de película. Nos jugamos el tipo”, dice el ganadero.

Nada más ver que varias de las vacas bravas habían quedado aisladas en un lugar únicamente accesible en barca, su propietario se puso en contacto con Policía Foral solicitando ayuda para recuperar las vacas. Desde el Gobierno de Navarra explican que agentes de la brigada ecológica acudieron entonces hasta el barranco para inspeccionar la zona. Al considerar “que no constituyen un peligro por estar aisladas, estimaron que no es urgente su intervención”, explican desde la Administración foral.

A partir de aquí, comienza un ‘laberinto burocrático’ que ha llevado a que dos meses después las vacas sigan aisladas: puesto que las vacas son de propiedad particular, Policía Foral instó a su dueño a que se pusiera en contacto con el Servicio de Ganadería del Gobierno de Navarra, trámite ya dado. A su vez, el Servicio de Ganadería comunicó al dueño que debería ponerse en contacto con Policía Foral para determinar la cómo hacer la actuación.

Entre tanto, el propietario de las vacas asegura que tiene que acudir todos los días a echarles alfalfa desde el alto del barranco, una zona escarpada y peligrosa.

Información de Rubén Elizari para Diario de Navarra.

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