En este espectáculo se suman muchas más atenciones que en los encierros matinales. Fotografías: diariodenavarra.es
Cuando se anuncia como suelta de vaquillas puede parecer algo inocente e, incluso, inofensivo…, pero lo que sale cada día a la plaza de toros tras el encierro son reses bravas. Y si tienen ese ‘apellido’…, por algo será. De hecho, a falta de lo que pueda ocurrir este lunes, último día de las fiestas de Tudela, el parte de incidencias de los servicios sanitarios suma muchas más atenciones en las sueltas de vaquillas que en los encierros.
Este domingo el turno fue para las reses de la Ganadería de Pincha, de Lodosa, que ofrecieron todo un recital de embestidas, revolcones e intentos de huida de la plaza saltando del albero al callejón.
Es cierto que el día, domingo por la mañana, era el más propicio para contar con muchos mozos dispuestos a arriesgar más de la cuenta, pero también es verdad que donde las reses pusieron el ojo ‘clavaron’ el asta, figurativamente al menos, ya que no hubo que lamentar cornada alguna.
El parte estuvo compuesto por dos jóvenes de Tudela: A.L.A. y E.M.P., ambos de 19 años y con erosiones; y otros tantos de Pamplona: F.S.G., de 25 años, también con erosiones, y J.M.R., de 22 años, con una contusión en la cabeza. Los percances más relevantes, saldados con sendos traumatismos craneoencefálicos, fueron protagonizados por el vecino de Ribaforada B.G.G., de 18 años, que también sufrió erosiones y heridas faciales; y el vecino de Tauste (Zaragoza) H.L.L., de 17 años, que presentaba erosiones y traumatismo facial.
Hoy será el turno de las vaquillas de la ganadería de Merino Garde, de Marcilla. Sí, sí. Son vaquillas, pero también reses bravas. No se les vaya a olvidar.
Información de Diego Carasusán para Diario de Navarra.