Roberto Armendáriz clava una banderilla en la plaza de El Provencio.
Le cortó las dos orejas al segundo de su lote y compartió así la puerta grande con sus compañeros de terna.
Roberto Armendáriz dejó ayer atrás más de dos años y medio de incertidumbre en la plaza conquense de El Provencio. Y lo hizo de la mejor manera, con dos faenas compactas, toreras, sabiendo siempre lo que se traía entre manos. El propio caballero ha declarado en Facebook que “qué tarde más bonita, con buenas sensaciones para empezar la temporada. Dos orejas que pudieron ser muchos más trofeos de no ser por los aceros”.
Esto sucedió con el que abrió plaza, no acertó a la hora de matar y el premio se redujo a una ovación, a la que correspondió saludando desde el tercio. Se quitó la espina frente al cuarto, al que, ahora sí, mató bien y cobró las dos orejas.
El encierro de utreros de Villamarta posibilitó el triunfo de los actuantes y, de hecho, perdió diez de sus doce orejas y un rabo. Víctor Losa saldó su actuación con cuatro orejas y Rocío Arrogante, con cuatro y un rabo del sexto.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX