Armendáriz pasea en triunfo las dos orejas de un toro el pasado 6 de julio en la plaza de Pamplona. Fotografía: Javier Arroyo.
El caballero de Noain considera que ha hecho méritos para haberse presentado ya en Las Ventas.
Roberto Armendáriz es protagonista en entrevistas publicadas en los dos principales semanarios taurinos. En ambas, considera que ha merecido mejor trato, que tenía que haber debutado ya en Las Ventas y que su triunfo de cuatro orejas en Pamplona no le sirvió para nada, en el sentido de entrar en los carteles de otras ferias.
En ‘Aplausos’ comienza haciendo balance de su temporada. “Ha sido un año especial porque me ha servido para recordar de dónde vengo, saber dónde estoy y ver de lo que soy capaz. Ha sido un año en el que he cortado cuatro orejas en Pamplona en un cartel de máximas figuras y he toreado en plazas humildes que me han servido para reencontrarme con mis orígenes y valorar con ello dónde comencé hace catorce años, cómo he ido evolucionando y dónde me encuentro”.
Asimismo, rememora la tarde más importante de su pasada campaña, la de Pamplona. “Ese triunfo fue muy especial. Llegué sin tener nada a favor. Días antes sufrí un accidente de tráfico que me tuvo en cama por una fractura de pelvis. Entrené al máximo dentro de mis posibilidades y de las circunstancias y, cuando obras así, haciendo lo máximo que está a tu alcance, al final acudes a la cita sabiendo que todo está hecho y comprendiendo que hay cosas que ya no quedan en tu mano. Por eso llegué a Pamplona con menos presión de la habitual y con el objetivo de disfrutar de la tarde, de mis caballos y de mi toreo. Finalmente, corté cuatro orejas y, sobre todo, me vi tranquilo, me sentí relajado y la cuadra respondió”, asegura el torero.
Sin embargo, Armendáriz duda a la hora de opinar sobre si le sirvió aquella tarde. “No sé qué decirle porque las sensaciones son contradictorias. Por un lado, superé una situación complicada. Me repuse del accidente y lo hice asumiendo el compromiso de Pamplona con un resultado de cuatro orejas. Después, sinceramente, pensé que el triunfo se iba a valorar más y que me iba a servir pero no me ha servido para nada”, afirma tajante.
Ante tal situación, el autor de la entrevista, Alfonso S. Frechina, le pregunta sobre si se siente injustamente tratado. “No sé si llamarlo ‘injustamente tratado’ pero sí es cierto que miras el año y su evolución, y uno, en determinados momentos, se desencanta porque parece que nada de lo que hace sirve. Está todo muy cerrado y es muy difícil, a pesar de triunfar, entrar los sitios. Te quedas fuera aunque hagas méritos como los que yo he ido haciendo a lo largo de mi carrera. Observar cómo resulta imposible entrar en Madrid, cuando creo que tengo palmarés suficiente como para verme anunciado… He sentido que no se me ha valorado como torero y yo sólo pido el mismo trato que a los demás… nada más que eso.
Respecto a la próxima temporada, muestra también las ideas claras. “No tengo ningún objetivo concreto para el próximo año. Me imagino que estaré en Pamplona y me la volveré a jugar en esa plaza. Seguiré luchando por mi toreo, por mis caballos, por montar y torear. No sé en qué plaza actuaré más pero seguiré adelante en esto, saliendo a la plaza –la que sea- para disfrutar de mi toreo y mis caballos (…). Llevo catorce años en el mundo del toro, no soy nuevo pero sí novedad, y tengo mucho margen para crecer y para aportar a la Fiesta”.
La entrevista publicada en ‘6 Toros 6’ avanza en los mismos terrenos y se refiere a un año de contrastes. “Pensé que Pamplona me debería haber dado más. Me encanta torear, pero veo cosas que me desaniman porque cortar cuatro orejas en una plaza de primera, que ya son cuatro años saliendo a hombros allí, triunfar en Zaragoza, Santander… Hubo una corrida de rejones en la Feria de Otoño y creo que un torero que corta cuatro orejas en Pamplona debe tener un sitio en Madrid, pero me pusieron unos argumentos muy extraños por los que no podía entrar”.
Por último, responde a sobre si será posible torear en Madrid este año, en 2018. “Me encantaría, pero no sé si torearé alguna vez, porque siempre parece que voy a ir y, sin ningún argumento, te quitan de en medio y tampoco nadie pide un poco de justicia con una persona que, sin grandes oportunidades, ha demostrado bastante cosas. Cuando miro mi sala de trofeos digo: ‘Tampoco soy ningún pelao, ¿no?’.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX