Roberto Armendáriz sobre Corazón entrenando en la finca Cañaveral.
El rejoneador de Noain fija sus objetivos en torear en más plazas de primera y, sobre todo, en confirmar la alternativa en Las Ventas.
Roberto Armendáriz se encuentra ya preparando la próxima temporada, una campaña en la que se ha fijado tres objetivos: mantener el tercer puesto del escalafón, logrado el año pasado, entrar en los carteles de más plazas de primera y confirmar la alternativa en Las Ventas.
“Es una situación algo extraña. Estoy en los puestos altos y en una feria con tantos festejos como la de Madrid, se debería contar con el tercero del escalafón. Sin embargo, no ha sido así. No sé por qué. Y en plazas importantes como Valencia y Castellón sucede lo mismo. En cualquier caso, antes o después, tendré que estar en esas ferias. Respecto a Las Ventas, prefiero no hacerme ilusiones, porque en los dos años anteriores me he llevado un fuete varapalo al no verme anunciado, cuando había expectativas”, explicó ayer el caballero navarro.
Para cumplir esos objetivos, Armendáriz se encuentra actualmente en Huelva, en Gibraleón, en la finca Cañaveral, de los hermanos Merino, donde está preparando los cinco caballos que hará debutar esta temporada. Concretamente, se trata de Hidalgo, alazán, luso árabe, y de un hijo de Roncal, tordo, que todavía no tiene nombre; ambos torearán de salida. Los otros tres, lo harán en el tercio de banderillas: Litri, tordo, hijo de Chicuelo, de Hermoso de Mendoza; Chacal, también tordo, nieto de Nilo; y Farruco, castaño, lusitano, hijo de Gallo.
Estas cinco monturas se unirán a los jóvenes Corazón, Dandy y Forajido, y a los ya veteranos Prometido, Grano de Oro, Ranchero, Zamorino, Visir, Duende, Barquillero y Polvorilla, dieciséis caballos que forman una cuadra de las más completas del toreo a caballo actual.
“Poseo ahora una cuadra muy amplia y variada. Me atrevo a decir que es una de las mejores porque hay mucho nivel en los caballos. He logrado conjuntar un número importante y adecuarlos a mi mentalidad; es decir, un caballo bonito de ver y que luego sea capaz delante del toro. He formado una cuadra que me ha permitido alcanzar una gran regularidad. Soy un torero que no se conforma y cada vez intento pisar un terreno más complicado y hacer las cosas con más estética y gusto”, explicó el jinete de Noain.
Por último, Armendáriz mostró su satisfacción por la temporada dejada atrás. “Cada año está aumentando la calidad de mi toreo, las faenas están siendo más redondas y, poco a poco, estoy consiguiendo mis metas, que no son otras que subir peldaños en el escalafón. Además, mi cuadra está muy consolidada, lo que me ha permitido rubricar una temporada importante”, concluyó el torero a caballo.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX