R. ARMENDÁRIZ: “EL FALLO AL MATAR HA MARCADO MI PASADA TEMPORADA”

Roberto Armendáriz, el pasado 6 de julio, en la plaza de Pamplona.

Roberto Armendáriz, el pasado 6 de julio, en la plaza de Pamplona.

Reconoce que ha toreado menos de lo que estaba acostumbrado y que por tanto le ha tocado reflexionar sobre su carrera y su toreo.

En una entrevista publicada en Aplausos, asume errores que asegura haber superado, al igual que sus fallos con el rejón de muerte, algo que le ha llegado a bloquear algunas tardes, según revela. Rejoneador preparado y maduro, Armendáriz sostiene que tardes como las de Torrejón o Roa de Duero han dado crédito a una campaña que ha marcado un punto de inflexión en su carrera y en sí mismo.

¿Qué resumen hace de su temporada?

-He toreado trece tardes y ocho festi­vales, unos números raros para mí ya que estaba acostumbrado a torear más. A la vez, creo que ha sido un año importante porque me ha servido para pensar y co­rregir errores que he podido cometer en el pasado y que ahora los he superado.

¿A qué errores se refiere?

-A ninguno concreto y a muchos a la vez. Me considero un rejoneador y una persona con la suficiente madurez como para no conformarme con nada y pensar siempre en crecer. Este año he pensado mucho, al no torear tanto he tenido que reflexionar por dentro y superar aspec­tos de mi tauromaquia que yo creía que dominaba y a lo mejor no era verdad. En­tiendo que he toreado menos porque en el pasado me he podido relajar más de lo que yo pensaba y tienen que pasar estas cosas para reaccionar y dar un empujón a mi carrera.

¿Se relajó?

-Yo creo que nunca me relajé pero los hechos indican lo contrario, por lo tanto de nada sirve lamentarse. Hay que mirar hacia adelante y continuar con más fuer­za que nunca. El final de un mal capítulo no significa el final de una historia sino un continuará. Además este año he no­tado dos bajas importantes de caballos que eran claves en mi cuadra como Gra­no de Oro y Corazón; he tenido que sacar caballos nuevos que en ocasiones no me han dado esa seguridad que hay que te­ner para triunfar.

-Sin embargo, observando su tempo­rada, Roberto Armendáriz ha respondido en La plaza y ahí están las tres orejas de Torrejón, las dos de Tudela, las de Roa de Duero o las de Villarrubia de Santiago.

-Es verdad que mi profesionalidad y mi entrega ha sido absoluta pero sé que puedo dar mucho más de sí. Soy un luchador y no me quiero estancar. Otro fac­tor negativo de la temporada ha sido el rejón de muerte que me llegó a bloquear algunas tardes, no lo veía por ningún lado e incluso en la segunda mitad de la tem­porada hubo tardes que mediada la faena empezaba a pensar en la hora de matar y me venía abajo psicológicamente. Lle­gó a ser una losa mental que me ha ator­mentado muchos días. De no ser por eso, la temporada hubiera sido muy brillante porque al torear cada vez me veo mejor y además creo que he cuajado faenas de mucha calidad.

¿Cuáles han sido las mejores?

-La mejor tarde del año fue la de Roa de Duero y eso que también fallé con el rejón de muerte. Soy un torero que no priorizo las plazas, me guío por lo que siento delante del toro y doy el máximo de mi tanto en una plaza de mucha re­percusión como en una plaza de chapa. Pero soy muy exigente conmigo mismo y no me puedo engañar. Que haya habi­do tardes de triunfo no empaña que la temporada ha estado ensombrecida por el rejón de muerte.

¿Lo tiene superado?

-Creo que sí, en ello estoy. Lo estoy trabajando psicológicamente pero te confirmaré que lo he superado cuando maté el primer toro por derecho la próxi­ma temporada.

-Un año más volvió a estar en San Fermín.

-También fallé con el rejón de muer­te. El segundo toro fue complicado y con el primero hice cosas buenas pero no acerté a matarlo bien. He toreado seis veces ya en Pamplona y en cuatro he salido a hombros, imagino que vol­veré en 2017.

-Me hablaba antes de las bajas en la cuadra. ¿En qué ha condicionado eso su temporada?

-En que he tenido que tirar de ca­ballos que no estaban del todo rodados. Por ejemplo, en Pamplona saqué a Farruco, un hijo de Gallo, que este próxi­mo año va a ser un caballo importante; En Roa lo bordó, es un caballo muy do­minador, muy lujoso, con un sitio impo­nente delante de los toros. Tengo a Dia­mante, que tiene muy buena expresión y va hacer cosas importantes pero que este año ha toreado casi sin domar, igual que otros como Capea o Siroco que van a ser caballos importantes.

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