
Salida a hombros del novillero madrileño Diego García.
El novillero Jaume y el becerrista pamplonés Nabil ‘El Moro’ se han ido de vacío. Reportaje fotográfico: Aerizalde.
Ganado: Cuatro utreros y un eral de Hermanas Azcona, bien presentados, justos de fuerza, nobles y con clase; el primero y el cuarto han sido aplaudidos en el arrastre.
Novilleros: Diego García (oreja en ambos), Clemente Jaume (ovación tras aviso y silencio tras aviso) y Nabil ‘El Moro’ (ovación tras aviso).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Tafalla (Navarra). 24 de octubre de 2021.
Presidencia: a cargo de Jacinto Goñi, asesorado por Francisco Sagardía y el veterinario Alberto Asiain, ha cumplido correctamente su cometido.
Incidencias: Novillada picada mixta y matinal. Un cuarto de plaza. Mañana soleada y agradable. Venturita ha saludado montera en mano tras banderillear al cuarto. Ha actuado de sobresaliente el novillero pamplonés Francisco Expósito, que se ha gustado en una media de remate con ante el tercero. Diego García ha salido a hombros.
Si los novillos de Hermanas Azcona hubiesen tenido más fuerza, se podría hablar de una excelente novillada. Pero no ha sido así. En conjunto, ha sido muy cuidados en varas para aguantar el último tercio con la nobleza y clase que han atesorado. Como se puede apreciar, una ganadería y un encierro propio del siglo XXI, en el que se cría un toro que apenas es picado para aguantar faenas de más de cien muletazos. Todo lo contario de lo que se vio ayer con los toros vazqueños de Tomás Prieto de la Cal.
En lo referente a la mano de obra, el triunfador de la mañana ha sido Diego García, que ha alcanzado la siempre deseada puerta grande. Ha abierto plaza un novillo con tanta calidad como falta de fuerza. Lo ha toreado muy cómodo, con temple pues las virtudes del utrero han sido la clase y la nobleza. El joven madrileño ha realizado una faena larga, por ambos pitones, en la que han destacados los redondos finales. Ha matado de un pinchazo y una estocada, trasera y caída, y ha cobrado una oreja.
El cuarto ha andado asimismo muy justo de fuerzas, por ello sólo ha recibido una vara y dos pares de banderillas. Pero en la muleta ha sacado su casta y se ha venido arriba. El de San Sebastián de los Reyes ha sabido conectar con el público, en una faena larga, por ambos lados, incluidos unos redondos de rodillas, como final del trasteo. Unas manoletinas han dado paso a un pinchazo, una estocada y la concesión de otra oreja, la que le abría la puerta grande.
Clemente Jaume, por su parte, en su primera intervención se ha encontrado con un utrero tan noble como soso, pero con un buen pitón izquierdo, por el que el francés no ha terminado de apostar. Ha ejecutado una buena tanda de naturales, sí, pero… con ventajas, demasiado prudente. Ha matado de pinchazo, estocada caída y cuatro descabellos, y el premio ha quedado reducido a una ovación, previo recado del palco.
El quinto ha sido mal picado y, tras una mala lidia, se ha hecho el amo del ruedo en banderillas. Jaume ha comenzado la faena de rodillas, en los medios. Después, lo ha ido sometiendo con temple, con el que ha rebajado el genio del utrero; eso sí, siempre con ventajas y al hilo de pitón. Pero el novillo se ha rajado al final y se ha ido a la zona de toriles, donde ha mostrado peligro sordo. Además, lo ha matado mal, ha sonado un aviso y el público ha guardado silencio.
El Moro ha actuado en tercer lugar. Su eral ha tenido una embestida franca y ha resultado manejable. Lo ha recibido con tres largas cambiadas y un ramillete de media docena de mecidas verónicas. Ya con la muleta, ha realizado una faena larga, en la que ha ido sometiendo al eral por ambos pitones. Lo más destacable de su labor han sido tres series de naturales, que no le han servido para conectar con los tendidos. Tras dos pinchazos, ha matado de una estocada tendida y trasera que ha servido. Un aviso del palco y una ovación del público, que no es poco.