
Momento es que Conchi Ríos es volteada por el segundo novillo de la tarde. Fotografía: Blanca Aldanondo.
Sánchez y Castaño, a hombros, mientras que Conchi Ríos terminó en el Hospital Reina Sofía con tres cornadas en las piernas.
Ganado: Seis utreros de Manuel Ángel Millares, bien presentados, aunque algo terciados primero y cuarto, mansitos, rajados varios, justos de fuerza pero nobles y manejables en conjunto.
Imanol Sánchez: oreja, silencio tras aviso en el que mató por Ríos, oreja y silencio. Salió a hombros.
Conchi Ríos: herida por su primero.
Damián Castaño: dos orejas y silencio. Salió a hombros.
Presidencia: A cargo de Francisco Javier Fernández, asesorado por Francisco Javier García Ullate y Francisco Javier Garijo, sólo regular por generosa en la concesión de trofeos, sobre todo, el segundo del tercer novillo.
Incidencias: Un cuarto de plaza. Tarde calurosa y nublada. Los tres novilleros hicieron el paseíllo desmonterados. Conchi Ríos fue cogida por el segundo al entrar a matar; sufrió tres cornadas: una en el muslo derecho de 14 cm. de profundidad; otra en el muslo derecho, de 8 cm. de profundidad; y otra en esa misma pierna, de 12 cm. de longitud. Tras ser intervenida en la plaza, fue trasladada al Hospital Reina Sofía de Tudela.
El ciclo taurino tudelano comenzó ayer con un sabor agridulce. Antes de iniciarse el festejo, producía cierta pena contemplar los tendidos, repletos de cemento y con muy escaso público. Los tudelanos dieron la espalda a la plaza de toros en la festividad de Santiago. Quizá, si se hubiese anunciado una corrida de toros para abrir la feria, la respuesta habría sido muy diferente. Pero no fue así.
De todos modos, lo peor de la tarde llegó al finalizar la faena del segundo de la tarde. La murciana Ríos había mostrado muy buenas maneras, sobre todo al comienzo de su faena, en la que ligó en redondo con decisión y quietud. Se perfiló para matar y el negro Rumbecito, el que más peligro había provocado en el encierro matinal, se arrancó y le pegó un par de volteretas escalofriantes.
Arrojada contra la arena la murciana, el utrero se enceló con ella, se cebó y resultó difícil alejarlo de la maltrecha novillera. Cuando los subalternos lo lograron, el novillo tuvo tiempo de pegarle en la cara con una de sus manos. Dolorida, al límite de la consciencia, fue llevada a la enfermería, donde se le apreciaron tres cornadas en las piernas; fue intervenida con anestesia local y trasladada al Reina Sofía, donde se recupera de las heridas y de la soberana paliza.
Tras este percance, el festejo se convirtió en un mano a mano. Y aquí estuvo lo positivo, lo dulce de la novillada. Tanto Sánchez como Castaño lograron salir a hombros, el segundo con la ya inevitable ayuda presidencial.
El mayor mérito de Imanol Sánchez fue que tuvo que estoquear cuatro de los seis utreros. Como siempre, destacó con los rehiletes, en su estilo afandilado. Con la muleta, la mejor faena la realizó al que abrió plaza, al que recibió a la verónica con muy buen son. Después, lo toreó entregado por ambos pitones, rematando muy bien las series con el de pecho. Sin embargo, le sobraron prisas, le faltó reposo ante el noble novillo. Terminó con una casi entera y cobró la primera oreja de la feria.
Tras matar como pudo al que cogió a Ríos, se encontró un cuarto rajado al que tuvo que dar cara en tablas. El lucimiento fue escaso pero el tesón, desaforado, por lo que, tras una entera caidilla, logró su objetivo: otra oreja, la que le abría la puerta grande. Ante el sexto, complicado porque se defendía por sus muy limitadas fuerzas, lo intentó y lo intentó, y alargó tanto el tema que acabó aburriendo. Además, un pinchazo previo a la estocada le alejó todavía más de ese posible tercer trofeo.
Castaño triunfó con el tercero, un toro noble, justito de fuerzas, al que logró meter en la muleta y al que David Adalid y Francisco Javier Rodríguez parearon más que bien, tanto que saludaron montera en mano.
El salmantino alternó el tono bullidor con el del dominio y del temple hasta que el novillo se rajó. Ya en tablas, toreó con muchas concesiones a la galería. Mató de una estocada y recibió las dos orejas de Bienformado. Ante el quinto, mal, por abusar de pico y por ejecutar ese bajonazo infame, indigno, feo…