Los novillos de Martín Peñato corrieron veloces y hermanados, y ocasionaron peligro al derrotar continuamente.
El primer encierro de las fiestas de Sangüesa no estuvo exento de emoción, pues los novillos de la ganadería de Martín Peñato protagonizaron una carrera rápida y peligrosa, derrotando continuamente hacia ambos lados buscando a los corredores. Marcharon hermanados y recorrieron los 500 metros del encierro en apenas 90 segundos. Afortunadamente, y pese a algunos sustos, las asistencias médicas no tuvieron que practicar ninguna atención.
Según explicó el pastor José Antonio Chamorro Estévez, la mayoría de corredores fueron ayer «jóvenes de Sangüesa». «La afición está ahí», indicó. En las próximas carreras, ya con toros (especialmente el viernes y sábado, cuando los astados serán de Palha y Adolfo Martín), se aguarda más presencia de corredores experimentados de otras procedencias.
Algunos sustos
Cruz Roja no practicó ninguna cura a corredores, pero sí hubo algunos sustos. Por ejemplo, el sangüesino Fermín Bandrés, corredor habitual del primer tramo, tuvo que refugiarse in extremiscontra la puerta de una vivienda para no resultar cogido.
Más adelante, y a escasos metros de la plaza de toros, otro joven corredor sangüesino acabó en el suelo y a punto de ser empitonado. Fue Víctor Echegoyen Mendióroz, que al escapar de la manada se pegó contra el vallado izquierdo, rebotó y cayó al suelo justo cuando por allí pasaban los novillos. Acabó con rasponazos en los brazos.
Texto: Aser Vidondo.