PABLO SAUGAR ‘PIRRI’, MAÑANA EN EL CLUB TAURINO DE PAMPLONA

Los hermanos Pablo y Víctor Hugo Saugar en el patio de caballos de Pamplona el 9 de julio de 2017, antes de torear por la tarde.

Los hermanos Pablo y Víctor Hugo Saugar en el patio de caballos de Pamplona el 9 de julio de 2017, antes de torear por la tarde.

Este banderillero de dinastía anunció su retirada a finales del año pasado tras no lograr recuperarse de la cornada que sufrió el 9 de julio de 2017 en la feria de la capital navarra.

Los clásicos Jueves Taurinos que organiza el Club Taurino de Pamplona arrancan mañana, 7 de marzo, a las ocho de la tarde  y con entrada gratuita, con la charla que protagonizará Pablo Saugar ‘Pirri’, banderillero de dinastía que anunció su retirada a finales del año pasado tras no lograr recuperarse de la cornada que sufrió el 9 de julio de 2017 en la feria de la capital navarra.

Ese fatídico día, un toro de Puerto de San Lorenzo, llamado Tanguisto, de 635 kilos, le corneó gravemente al salir de un par de banderillas. Año y medio después, decidió seguir ligado a la Tauromaquia, mediante el apoderamiento de Andrés Palacios.

Cuando anunció su retirada, escribió una carta a la afición en la que se podía leer lo siguiente: ‘Un año y medio después de la cogida que sufrí en la feria de Pamplona, me veo obligado a anunciar mi retirada. A pesar de los esfuerzos realizados por médicos y rehabilitadores, las lesiones sufridas me impiden volver a los ruedos en las condiciones necesarias para poder afrontar mi labor como subalterno. El profundo respeto que siento por mi profesión, por el traje de luces y por el toro me obligan a tomar esta decisión, seguramente la más difícil de mi vida’.

Pablo, que cumplirá 49 años esta temporada, está casado con Silvia Ballesteros, con quien tuvo una hija, Paula, de 16 años.

Los Pirri van por la tercera generación torera. Son muchos. Son toreros de plata. Son Saugar de apellido y Pirris de apodo. La saga empezó a gestarse en el barrio de Lavapiés (Madrid), donde Emilio, matarife de profesión y subalterno, trasmitió el ímpetu torero a sus siete hijos, todos varones, y casi todos herederos de la genética torera -cuatro banderilleros, un puntillero de la plaza de Vistalegre, un sastre taurino y un jockey profesional-.

‘Nos hacíamos en los corrales del matadero’, decía El Pali, que junto a sus hermanos también tuvieron que afrontar las ilusiones taurinas de sus descendientes. De veintitantos, únicamente tres –Pablo, David y Víctor Hugo- fueron capaces de superar las trabas que la familia imponía para reconducirlos en otros oficios. Ni la dureza de los tentaderos, ni ‘las añojas toreás’ pudieron conseguirlo.

Los hermanos Pablo y Víctor Hugo, junto a su primo David, estaban unidos por la edad, el apodo, los inicios en la Escuela Taurina de Madrid y por la profesión: eran subalternos en las cuadrillas de los más destacados diestros. Pero, ¿de dónde les viene el apodo de Pirris? ‘Antiguamente se llamaban pirracas a los que tenían poca altura y a mi padre, en el matadero –asegura El Pali- le nombraban así. De pirraca llegaría a Pirri. Y Pirris somos todos’.

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