PABLO PARA TODOS Y TODOS PARA PABLO A LOS 25 AÑOS DE SU DOCTORADO

Tres generaciones de rejoneadores, a hombros: la de Moura, la de Hermoso, sacado a hombros por Manzanares, y la de Cartagena y Miguel Moura.

Tres generaciones de rejoneadores, a hombros: la de Moura, la de Hermoso, sacado a hombros por Manzanares, y la de Cartagena y Miguel Moura.

El maestro navarro volvió a salir a hombros, al igual que en 1989, pero en esta ocasión junto a los Moura y Ginés Cartagena.

Ganado: Seis toros de Rosa Rodrigues, correctamente presentados, mansitos, aquerenciados los tres primeros, y mejores, más colaboradores el resto.

Rejoneadores: Joao Moura (dos orejas), Fermín Bohórquez (vuelta a caballo por su cuenta), Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas), Manuel Manzanares (oreja), Miguel Moura (dos orejas) y Ginés Cartagena (dos orejas).

Presidencia: A cargo de Mariasun Esparza, asesorada por Iosu Sarobe y Ángel Gómez, dado el carácter conmemorativo del festejo, cumplió correctamente su cometido.

Incidencias: Lleno. Tarde nublada, amenazando tormenta, que finalmente descargó durante la lidia del sexto. Festejo conmemorativo de los veinticinco años de la alternativa de Hermoso de Mendoza. El Ayuntamiento de Tafalla, de manos de su alcadesa, Cristina Sota, y el Club Taurino Tafallés, representado por su directivo Serarín Jurío, homenajearon al estellés con sendas placas. Los rejoneadores brindaron sus respectivos toros al caballero estellés y uno de ellos, Manzanares, también al padre y al hermano del rejoneador navarro, llamados Pablo y Juan Andrés, respectivamente. Y no conforme, el rejoneador alicantino se encargó de sacar a hombros al navarro.

Al igual que en esa ya lejana feria de 1989, sólo falló el tiempo. El festejo merecía un sol resplandeciente pero las nubes se empeñaron en adueñarse de Tafalla y al final se salieron con la suya, descargando una intensa y molesta tormenta.

Por lo demás, todo salió a la perfección y, cuando pasen los años, la tarde se recordará como un festejo emotivo, repleto de cariño recíproco, del público hacia el maestro y a la inversa.

Respecto a la materia prima, fue, junto al tiempo, el único factor que no estuvo del todo a la altura de las circunstancias. Toros mansitos, aquerenciado el primer trío y emplazado, pero más colaborador, el segundo.

Y en lo referente a los rejoneadores, quien más brilló sobre el ruedo fue el homenajeado, que rubricó otra lección magistral de toreo a caballo, basada en veteranas monturas, en caballos que han compartido con su dueño decenas de triunfos y cientos de anécdotas, de imborrables recuerdos, tanto en Europa como en América, porque Hermoso es el torero más mundial (el que más mundo ha recorrido) de la historia.

Tal faena al brindó a sus compañeros de tarde y a la banda de música de Tafalla. Y la comenzó con Churumay ante un toro que manseó bastante de salida. Lo castigó con dos rejones y lo llevó muy encelado, hasta que logró pararlo cabalgando en círculos cada vez menores. En banderillas, sorprendió a todos y sacó en primer lugar a toda una institución del toreo a caballo, a Chenel, pese a que, después de dos años de inactividad, sólo había toreado dos tardes. Pero el que tuvo, retuvo, y ambos maestros -Pablo y Chenel- deleitaron con un templado toreo de costado, a dos pistas, a lo largo de toda una vuelta al ruedo, concluida con un torero cambio por los adentros. Después, con Dalí, volvió a cautivar con sus precisas y espectaculares piruetas, y con ese generoso toreo ofreciéndole al toro la cola del caballo. El ruedo estaba impregnado de arte y se desbordó con la actuación de Pirata, con el que dejó dos cortas sin respiro, un par de cortas a dos manos y se recreó con adornos, como el del teléfono y agarraduras de pitón. Sólo quedaba la suerte suprema para que el navarro cortase el rabo del toro, pero acertó al tercer intento con el rejón letal, y el premio se redujo a dos orejas que le aseguraban la salida a hombros. No podía ser de otra manera. Pablo se había entregado al público y éste al que posiblemente es el mejor torero a caballo de la historia, posiblemente.

Y sus compañeros de tarde no desentonaron en una fecha tan importante. Moura, maestro también, se lució con un toreo circular ofreciendo siempre la cara del caballo. Bohórquez llevó muy encelado a su toro de salida y conectó con sus alardes de doma, pero mató mal. Manzanares toreó bien pero tuvo que descabellar; para su faena utilizó tres caballos con el hierro PH, Jumillano, Príncipe y Mazantini. Miguel Moura realizó una muy buena faena, en cortas distancias, ofreciendo la cara de sus monturas; y, aunque descordó, el público le premió con el doble trofeo. Y Cartagena, bajó la lluvia, se metió a los tendidos en el bolsillo con sus cortas al violín.

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