En su adiós a la plaza de toros Alberto Balderas, el navarro colgó el cartel de “No hay billetes” y salió a hombros, tras enfrentarse a gran corrida de toros de Boquilla del Carmen. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Seis toros de Boquilla del Carmen, siendo lidiado el primero con un pitón fracturado y sin ser devuelto; el segundo fue bravo; el tercero dio buen juego; muy bueno fue el cuarto; el quinto igualmente fue bueno y, el sexto, también dio buen juego.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio y dos orejas), Jorge Hernández Gárate (vuelta en ambos) y Cuauhtemoc Ayala (vuelta en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros Alberto Balderas en Autlán de la Grana, estado de Jalisco. 12 de febrero de 2024.
Incidencias: Lleno de ‘no hay billetes’. Actuaron los forcados de Monsaraz y de México. El caballero navarro regresó a esta plaza después de ocho años de ausencia y salió a hombros.
La plaza de toros Alberto Balderas de Autlán de la Grana (México) es el centro festivo de la ciudad durante las fechas del carnaval. La plaza por la mañana es una fiesta con el denominado Toro de Once, donde caballos y toros de jaripeo se dan cita dentro del jolgorio popular, ya por la tarde su feria taurina es una de las más arraigadas e importantes de México, y por la noche las actuaciones de figuras de la música la convierten en el epicentro nocturno de la ciudad.
En el festejo del lunes se colgó el cartel de “No hay billetes” por primera vez en esta feria taurina con el adiós a esta plaza de Pablo Hermoso de Mendoza. Al reclamo del navarro, el boletaje se agotó hace ya algunas fechas y el ambiente era de auténtico lujo. Era la despedida, pero además era un regreso tras ocho años sin actuar en este coso y por eso las ganas de decirle adiós y de volver a verlo torear se daban cita en este compromiso.
Una vez hecho el paseíllo, la peña taurina de Autlán de la Grana hizo entrega de un reconocimiento a la gran carrera taurina del rejoneador estellés Pablo Hermoso de Mendoza.
En lo artístico, se lidió una buena corrida de toros de Boquilla del Carmen frente a la que el rejoneador navarro salió a hombros tras cortar las dos orejas al segundo de su lote después de una faena templada y a la mínima distancia. El cartel lo completaban Jorge Hernández Gárate y Cuauhtemoc Ayala, quienes dieron la vuelta al ruedo en sus respectivos turnos.
Con toda la expectación existente, la tarde no tuvo un buen comienzo debido a que el toro que abrió plaza, que Hermoso había parado en redondos montando a Regaliz, tras el primer rejón de castigo se estrelló contra un burladero y se rompió el pitón izquierdo. El juez, cumpliendo el reglamento, decidió mantenerlo en el ruedo y el público se dividió en opiniones entre ovaciones y pitidos. Pablo como es su obligación, continuó su lidia montando a Talento, con quien puso banderillas y galopó de costado a un toro que prometía. No obstante, ante el cariz que tomaba el tendido, Pablo se fue por Generoso y pasaportó al toro.
Quedaba un toro y todo por mostrar a un público que llenó la plaza Alberto Balderas y que por su puesto querían ver a su ídolo despedirse en plenitud. Y cuando salió al ruedo este cuarto, pronto Regaliz lo enganchó con la cola y lo fue toreando muy cerca, consintiéndole embestidas y llegadas y toreándolo con la cola. Tras un primer rejón de castigo en buen sitio, el caballo resbaló y quedó a merced del astado que lo traía muy cerca. El toro metió los pitones bajo la barriga del caballo y lo levantó, sin que milagrosamente el caballo sufriese nada grave, eso sí, un pequeño hematoma en forma de cornada interna pero que no parece revestir gravedad.
Pablo volvió a la arena montando a Navegante y, para mostrar que no se había venido abajo, se colocó, lejos del toro, de frente y esperó a que el astado llegase para dejarle la mejor banderilla de la tarde al quiebro. La plaza comenzó a rugir y ya estaría así toda la lidia. El siguiente caballo, Ilusión, tuvo una actuación apoteósica, midiendo al toro de salida, calculándole el galope y la embestida, para luego metérselo en los ijares y llevarlo literalmente pegado a su cuerpo a la largo del anillo del ruedo en varias ocasiones. Pablo terminó abrazado al cuello de Ilusión en forma de agradecimiento por el gran tercio.
Para cerrar llegaron tres cortas a lomos de Nilton, muy bien reunidas y que precedieron a la suerte del teléfono con un jinete volcado sobre el testuz de un bravo toro. Pablo está a un rabo de obtener el número cuatrocientos de su carrera y a punto estuvo de caer si no hubiera sido por un pinchazo previo que dejó el trofeo en dos merecidas e indiscutibles orejas. El 400 tendrá que seguir esperando, pero el jinete volvió a sumar una nueva puerta grande y un triunfo que celebró en el ruedo con los asistentes y con el ganadero Manuel Sescosse bajo el ritmo de Las Golondrinas.