PABLO HERMOSO LOGRA UN ROTUNDO TRIUNFO EN LA PLAZA DE ARÉVALO

Hermoso de Mendoza hizo debutar a ‘Alemán’, un potro que tuvo una buena actuación de salida.

Hermoso de Mendoza hizo debutar a ‘Alemán’, un potro que tuvo una buena actuación de salida.

El caballero estellés hizo debutar al potro ‘Alemán’, hijo de ‘Gallo’ y de madre alemana, que lució de salida.

Ganado: Dos toros de Fermín Bohórquez para rejones, primero y cuarto, y cuatro de El Pilar para la lidia ordinaria, de buen juego en general y con el sexto premiado con la vuelta al ruedo.

Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (ovación y dos orejas con petición de rabo), Juan Diego (oreja y dos orejas) y Alejandro Talavante (silencio y dos orejas).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Arévalo (Ávila). 12 de julio.

Incidencias: Dos tercios de plaza. Segunda y última de feria. La terna salió a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza retomó el camino del triunfo el sábado pasado en la plaza abulense de Arévalo, donde salió a hombros tras cortar las dos orejas del cuarto del festejo, segundo de su lote.

En su primera intervención, uno de los hechos más destacables fue el debut de Alemán, un potro castaño, hijo de Gallo y de madre alemana, hermano completo de Gurú. Lo hizo de salida y mostró muy buenas condiciones, mucha belleza y un conjunto morfológico que le permite realizar las suertes con suma facilidad. Muy buena nota en su presentación, ante un toro que no fue nada fácil. La nueva montura dio paso a Disparate que fue muy aplaudido con la ejecución de la hermosina y con sus ceñidas piruetas. Ya en el tercio final, sobre Pirata, el caballero navarro se lució con las cortas y, previo pinchazo, terminó con un rejón casi entero que fue suficiente; pero el toro tardó en doblar, los ánimos se enfriaron y todo acabó en una ovación, a la que el jinete correspondió saludando desde el tercio.

El cuarto toro fue distinto al anterior, tuvo calidad y el torero estellés la aprovechó a tope. Paró al astado con Churumay en terrenos muy reducidos. Después, en banderillas, bordó el toreo; primero con Janucá, en dos palos atacando de frente y clavando al estribo; seguidamente con el alazán Dalí, que se arrimó una barbaridad para ejecutar muy ajustadas piruetas y que se mostró cuajado y seguro. Y cerró el tercio con el castaño Beluga, que se enroscó entre los pitones y demostró un valor asombroso. Ya en el tercio final, con Pirata, el caballero navarro se recreó con las cortas, con un monumental para a dos manos, con diversos adornos y con un rejonazo de efectos rápidos. Se pidió el rabo, pero Hermoso se tuvo que conformar con las dos orejas del buen toro, que le permitían salir por la puerta grande. Y así lo hizo.

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