El mexicano Arturo Saldívar indultó a ‘Floricultor’, de la ganadería Caparica. Galería fotográfica.
Ganado: Dos toros de Zacatepec para rejones, primero y cuarto, y cuatro de Caparica, de buen juego en términos generales, sobre todo el cuarto y el sexto, llamado Floricultor, que fue indultado.
Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (ovación y dos orejas), Ernesto Javier ‘Calita’ (ovación y dos orejas) y Arturo Saldívar (silencio y dos orejas y rabo simbólicos).
Lugar y fecha: Plaza de toros portátil La Española, instalada en Tenancingo de Degollado, Estado de México. 8 de diciembre de 2023.
Incidencias: Lleno. Tarde fresca y lluviosa. Los tres actuantes salieron a hombros.
La gira de despedida de Pablo Hermoso de Mendoza llegó ayer a la ciudad de Tenancingo, considerada como el más importante centro urbano del sur del Estado de México. Buen ambiente en los llenos tendidos a pesar de que antes del festejo estuvo lloviendo y por oleadas continuó así mientras duró la corrida. Esta situación climatológica condicionó el estado del ruedo, especialmente para las evoluciones de los caballos, pues varios de ellos sufrieron resbalones, afortunadamente sin consecuencias que lamentar.
Pablo se enfrentó a dos toros de capa negra, ambos con bragas, procedentes de las dehesas de Zacatepec. Al primero de ellos lo recibió montando a Regaliz y pronto el caballo se hizo con su atención y embestida. No era un toro fácil pues había que tomarle la distancia exacta y estar muy al pendiente de los pasos que daba previos a cada reunión, si bien el astado metía bien la cabeza y Pablo lo dejó un poco crudo con un solo rejón de castigo en el morrillo.
El tercio de banderillas fue protagonizado por dos caballos de la nueva horneada, Nairobi y Orfeo. Lo cierto es que ambos cumplieron con creces puesto que tuvieron que pechar con las circunstancias ya mencionadas de clima, piso y de un oponente que siempre les exigió. Para el tercio final, Pablo hizo debutar bajo su rienda a Ortigao, un caballo de buena alzada y mucho valor que dio la talla en las cortas y de no haber sido por el fallo a espadas estaríamos hablando de que se hubieran cortado los primeros trofeos de la fría tarde.
El segundo de Pablo tuvo una bravura seca, enrazada, de esas que piden el carnet y ante la que no se puede tener el mínimo error. El de Zacatepec, desde que se lo enroscó en la grupa Jíbaro, evidenció que iba a dar pelea y a no dejarse ganar la cara. Esa transmisión le dio más importancia a todo lo que sucedía en el húmedo ruedo pues astado, jinete y caballos se enfrascaron en una lucha sin cuartel donde Pablo, a base de oficio, raza, pundonor y valor, supo ganar la partida y firmar una faena de esas que no se olvidan y que tienen a la gente al borde de su asiento.
De igual forma fueron las dos banderillas de Basajaun; dando el pecho y atracando de toro, fueron de cante grande, dejando en claro quien mandaba en el ruedo. Y qué decir de Malbec, que literalmente se jugó la piel en los embroques y sobre todo en una pirueta que de tan ceñida provocó más de un alarido en la gradería.
El público estaba muy metido en la lidia y celebró la rueda de cortas con Ortigao, una rosa para alargar la lidia, y ahora sí un rejón de muerte en sitio que hizo doblar al astado, mismo que se fue sin orejas al rastro. Dos orejas para cerrar una despedida triunfal ante el reconocimiento de la afición tenancinguense.