Le cortó las dos orejas a un toro en Saintes Marie de la Mer, en la tarde de la presentación de Miguel Moura.
Lugar: plaza de toros de Saintes Marie de la Mer.
Ganado: seis toros de Fermín Bohórquez, de buena condición.
Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas y ovación.
Joao Moura hijo: oreja y dos orejas.
Miguel Moura: ovación y dos orejas.
Incidencias: tres cuartos de plaza. Los tres rejoneadores salieron a hombros. Miguel Moura, de 16 años, se presentó en público.
Tras su triunfo en Pamplona el pasado 6 de julio, Pablo Hermoso de Mendoza regresó el sábado pasado a los ruedos y lo hizo en la plaza francesa de Saintes Marie de la Mer, donde volvió a triunfar.
Fue un festejo con diversos alicientes. Por un lado, estaba en disputa el trofeo Centauro de Oro. Por otro, se trataba de una corrida flamenca, amenizada por los cantaores María Toledo y Diego Carrasco. Y, por último, suponía la presentación fuera de Portugal del menor de la saga Moura, comenzada por su padre, el legendario Joao y continuada por el hermano mayor, Joao Jr. Tanto éste como el hermano menor Miguel Moura acompañaron al navarro en la salida a hombros, tras cortar tres y dos orejas respectivamente.
El maestro estellés logró el triunfo grande ante el que abrió plaza, un toro con mucha nobleza y calidad en la embestida. Tales condiciones propiciaron que el estellés ofreciese otra exhibición de toreo suave y ligado. La comenzó de salida con Garibaldi, que toreó muy encima del cuatreño. La continuó en banderillas con Chenel, con el que llevó al toro embebido en la cola, galopó de costado y se metió por los adentros en un gran cambio de sentido para seguir toreando a dos pistas; y con Viriato, que se enroscó literalmente con el toro, sin apenas distancias entre ellos. Y la cerró con Pirata, con el que se lució en una rueda de cortas y con adornos como el del teléfono; dejó después un par a dos manos y terminó con un certero rejón de efectos rápidos. Dos justas orejas.
El cuarto fue un gran toro, al que el navarro le realizó una faena de altos vuelos, con Churumay de salida, Van Gogh y Manolete en banderillas, y Pirata en el tercio final. Pudo cortar un rabo pero toda la gran faena se enturbió con el rejón de muerte, por lo que se tuvo que conformar con una cálida ovación impregnada de duende flamenco.