El caballero navarro regaló el sobrero, que no le dio opciones para salir a hombros.
Ganado: Siete toros de San Pablo, el séptimo como sobrero de regalo, deslucidos los de rejones, segundo, quinto y séptimo, éste como sobrero de regalo, y variados los de a pie, con un sexto destacado, bueno.
Toreros: Fermín Spínola (silencio en ambos), Pablo Hermoso de Mendoza (oreja, silencio y silencio en el de regalo) y Ernesto Javier “Calita” (silencio y dos orejas).
Lugar y fecha: La Petatera de Villa Álvarez, estado de Colima (México). 18 de febrero.
Incidencias: Lleno. Segunda de feria. Calita salió a hombros.
Pablo Hermoso de Mendoza protagonizó el martes pasado un derroche de entrega, esfuerzo y voluntad en la mítica plaza La Petatera, un singular escenario que levantan cada año setenta familias de Villa Álvarez desde hace más de 160 años con troncos, tablas y petates (especie de tejido, de estera de palma); un coso, propuesto para que sea declarado patrimonio de la humanidad, que posee el ruedo más grande del orbe taurino, con 60 metros de diámetro.
Tal fue el afán del caballero navarro por agradar a la afición villalvarense –que llenó la plaza- y por alcanzar la puerta grande que regaló el sobrero, un ejemplar, séptimo de la tarde, que no sirvió, ya que resultó muy complicado y con poco gas dado su volumen.
El trofeo lo consiguió del primero de su lote, segundo del festejo, un toro que comenzó colaborador pero que se acabó enseguida. Ante él, de salida hizo debutar a Quijote, un tordo rodado con el hierro del navarro, que consumó una reunión con limpieza y seguridad. En banderillas, el astado se vino abajo y, por eso, la labor de Disparate, que mostró sus dotes lidiadoras, no tuvo la continuidad deseada. Después, Habanero le aguantó mucho, pisó los dominios del toro para hacerle embestir y poder pegarle piruetas. Concluyó el trasteo con Pirata, con tres cortas y un rejón letal de perfecta ejecución, que le permitió pasear en triunfo una oreja.
Su segundo fue un toro pésimo, que salió a vender cara su existencia y a complicar la lidia. Por ello, el trasteo fue más de poderío que de lucimiento. Lo completó con Napoleón de salida, Manolete y Viriato en banderillas, y Pirata en el tercio final. Este caballo azteca sorteó los cabezazos del de San Pablo y permitió la ejecución de las cortas y dos pares a dos manos. A toro parado, con la dificultad que conlleva, y tras tres pinchazos, el jinete estellés acertó con el segundo rejón letal.
Y en busca de un triunfo grande, Hermoso de Mendoza decidió regalar el sobrero, un toro que fue más complicado todavía que el anterior, aunque con menos gas por su tonelaje. Lo lidió de nuevo con Napoleón, Manolete, Viriato y Pirata en otra demostración de esfuerzo pero volvió a fallar con la hoja de peral –tres pinchazos y dos rejonazos- y se le esfumó así la salida a hombros. El navarro había protagonizado su novena actuación en esta peculiar plaza y, por primera vez, tuvo que abandonarla a pie.