Escribano y Esaú Fernández han cortado seis de las ocho orejas posibles, de cuatro astados que se han caracterizado por su nobleza y clase. Galería fotográfica: Manuel Sagüés.
Ganado: dos utreros de Eugenio Frías para rejones, correctos de presentación y muy venidos a menos, y cuatro de Hermanas Azcona, muy bien presentados, ovacionados de salida, y de buena condición en líneas generales, nobles y enclasados.
Toreros: Juan Manuel Munera (silencio tras aviso y saludos desde el tercio), Manuel Escribano (oreja y dos orejas) y Esaú Fernández (dos orejas y oreja).
Lugar y fecha: Plaza de Ossa de Montiel (Albacete). 4 de octubre de 2020.
Incidencias: Un tercio del aforo permitido. En el tercero han saludado montera en mano Juan José Rueda ‘El Ruso’ y Julián Gómez Carpio.
La ganadería navarra Hermanas Azcona ha debutado con toros esta tarde y lo ha hecho con muy buen pie. Los cuatro toros lidiados en la albaceteña Ossa de Montiel se han caracterizado por su nobleza y clase, lo que ha permitido el triunfo grande de Escribano y Esaú Fernández. En el lado opuesto, se puede apuntar la justeza de fuerzas y la falta de una pizca de casta para que hubiesen transmitido más emoción.
Con esta buena materia prima, Manuel Escribano ha logrado desorejar al quinto, un astado bien presentado como el resto del envío, que ha tenido bondad en los engaños, aunque le ha faltado algo de entrega y, sobre todo, transmisión. Pese a ello, ha estado muy cómodo en la cara del toro el de Gerena, que, tras correr la mano con despaciosidad, ha terminado metido entre los pitones. Ha acertado con el acero y ha logrado el doble premio.
Serio y con trapío, el engatillado y bajo castaño del debut en corrida de toros de Hermanas Azcona, ha humillado en el saludo de Escribano, que le ha pegado hasta tres largas cambiadas, antes de que el toro se afligiera. Justo de fuerza, se le ha medido mucho en el resto de su lidia, donde ha destacado el espectacular tercio de banderillas del sevillano. La faena luego ha tenido la gran virtud del temple del diestro, que ha logrado sostener la excelente embestida, medida de poder, del astado por ambos pitones. Dos pinchazos no han impedido que paseara un trofeo.
Bajo y bien hecho, el tercero ha sido un colorado que ha tenido menos entrega y casta que el anterior. Le ha costado emplearse más en las telas, pero ha tenido enorme nobleza durante la faena de Fernández. El sevillano ha podido exprimirlo en un trasteo en el que el torero ha ligado las tandas. Con el toro a menos, ha mantenido la intensidad metiéndose entre los pitones. Ha asegurado las dos orejas con un contundente espadazo.
Después, Esaú ha paseado otra del sexto, un ejemplar fuerte y serio, también de buena condición, aunque escaso de fuerza y recorrido. El sevillano no ha escatimado recursos y ha acortado distancias para robarle los muletazos. Otra buena estocada le ha otorgado su premio.
Munera ha luchado contra un deslucido lote. El primero ha marcado querencias durante toda su lidia. Este defecto ha obligado al jinete a pisar terrenos muy comprometidos junto a las tablas. Cada vez más atrincherado a tablas, lo más lucido del albaceteño llegó en varias farpas sobre Escándalo y en el carrusel de cortas con Misterio. Mal con los aceros, ha sido silenciado.
El cuarto ha sido otro novillo de nulas posibilidades para el rejoneo. Ha tratado de ponerse siempre por delante de la montura y ha mostrado una condición incierta, sin emplearse y algo desentendido por momentos. El rejoneador ha puesto tesón y oficio, tratando de lucir tanto con Romance como con su caballo estrella, Panamá, pero ha sido imposible hasta el punto de que ha terminado echándose.