MOISÉS FRAILE: “NUESTRA CORRIDA DE PAMPLONA FUE BUENA Y COMPLETA”

Los toros de El PIlar en los Corrales del Gas.

El ganadero salmantino, en una entrevista para Aplausos.es, describe la corrida que lidió en la pasada Feria del Toro, descripción que no coincide con lo que vio en el ruedo el 10 de julio quien estas líneas escribe.

La citada entrevista, realizada por Íñigo Crespo, arranca con un largo elogio. “Los resultados de El Pilar ava­lan a Moisés Fraile como lo que es: un gran ganadero, un conocedor excepcional de las claves del toro bravo. Una temporada para enmarcar, donde ha marcado diferencias en plazas como Pam­plona, Bilbao, Sala­man­­ca o Logro­ño, sin olvidar la cla­­se de la corrida de Cór­­do­ba o el extra­ordinario ejem­plar lidiado en San Se­bas­tián. Un año más, El Pilar en todo lo alto como sinónimo de garantía, clase y bravura”. Nada que objetar hasta aquí. El opinar es libre.

La entrevista prosigue de esta manera:

Dentro de un gran año, las corridas de Pamplona y Bilbao han marcado la diferencia. “Lidiar en plazas de primera es un privilegio y si encima logras triunfar con la fuerza que lo hemos hecho nosotros este año en Sevilla, Pamplona o Bilbao, es ya un lujo. Los resultados son aún más positivos si tenemos en cuenta que el año ha sido muy duro para todos los ganaderos, por la situación general del país y del mercado. Por ese motivo el haber lidiado y haber triunfado de la forma que lo hemos hecho es para estar doblemente contento”, subraya Moisés Fraile hijo.

No se trata ya de los triunfos sino de la entidad de los mismos. El Pilar ha logrado criar con los años un toro prototipo de plaza de primera, pero manteniendo sus señas de identidad y su sello de toro reunido. “Lidiar en plazas de primera no es sencillo. Primero porque tienes que tener un toro para esos escenarios y segundo porque tienes que sacar nota para poder repetir. En nuestro caso hay que tener en cuenta que al contrario de lo que se pueda creer no tenemos un toro de gran trapío. A lo mejor de cuerpo o de volumen más, pero de cara nuestro toro no es nada exagerado ni tiene gran envergadura. Las caras de nuestra ganadería, siendo animales serios, tienen muy buenas expresiones y son muy toreras”, expone Moisés.

La campaña ha sido brillante, otro año más en la cima de la cabaña brava. Corridas como Sevilla, Pamplona o Bilbao, han puesto la guinda al curso. “En la de Sevilla a pe­sar de lo mucho que nos cantaron la corrida, a mí me gustaron tres toros. La de Pamplona fue una corrida buena y sobre todo muy completa. De esa tarde valoro el conjunto, el comportamiento uniforme y general de una corrida que sacó temperamento, ritmo y fondo. No hubo un toro extraordinario pero sí seis muy buenos que es lo realmente importante”, recuerda Moisés Fraile.

Hasta aquí, la entrevista en lo que concierne a Pamplona. Sin embargo, para un servidor, la citada corrida –cuatro toros de El Pilar y dos, segundo y sexto, con el hierro de Moisés Fraile- ya dejó bastante que desear en cuanto a presentación pues fue bastante de desigual, con algún ejemplar terciado. Respecto a su juego, pese a no ser prácticamente picada, llegó al último tercio muy justa de fuerza, con limitado motor y, eso sí, con gran nobleza.

Al ruedo saltaron seis toros, a cual más noble, pero en una línea sosa, de embestida aborregada, muy aptos para el toreo estético, pero la emoción brilló por su ausencia. Y sin ella…

Cierto es asimismo que sobre el sexto, Cantillito, negro burraco, número102, de 565 kilos, recayó el trofeo Carriquiri al toro más bravo del ciclo pamplonés. David Mora le cortó una oreja. El citado ejemplar derrochó nobleza en la muleta, fue el único con las energías justas para aguantar la faena pero en varas recibió un picotazo en el primer encuentro y en el segundo le levantaron la vara; es decir, fue de nota muy baja en el tercio que mide la bravura. Desde mi punto de vista, el toro de Fraile no mereció tal distinción

En definitiva, fueron seis toros de triunfo para los toreros, para cortarles orejas a tutiplén; toros de los que aburren a los aficionados, que reclaman un toro que ofrezca emoción en el ruedo, característica brillaron por su ausencia. Por tanto, llaman la atención las declaraciones del buen ganadero. Y, reitero, opinar es libre y para gustos están los colores. Ahora bien, realidad sólo hay una.

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