El banderillero pamplonés toreó a las órdenes del novillero francés Yon Lamothe, quien cortó la única oreja de la tarde.
Sucedió el domingo pasado, en la que fue su segunda cita tras reaparecer el día anterior. El escenario, la plaza francesa de Captieux, que se llenó en tres cuartos de su aforo. El cielo descargó mucha agua antes del paseíllo; después, respetó el festejo, dejó de llover. Y Manolo de los Reyes rubricó su primer triunfo tras su vuelta a los ruedos. Toreó a las órdenes del novillero francés Yon Lamothe, quien compartió cartel con Lalo de María y Cristiano Torres, que se presentó en Francia y lidiará en Pamplona el próximo 5 de julio la novillada navarra de Ganadería de Pincha.
Esta terna lidió un encierro de utreros de Alcurrucén, que recibió seis puyazos. Salió el primero, llamado Chalinito, que, tras acudir al caballo defendiéndose, recibió tres muy buenos pares de banderillas, lo que obligó al pamplonés Manolo de los Reyes y a Mathieu Guillon a saludar montera en mano. Más tardes, después de una buena faena por ambos pitones, Lamothe dejó una entera en buen sitio que resultó efectiva. Con justicia, fue premiado con una oreja.
Cerca de una hora después, el novillero francés tuvo el bonito detalles de brindar la faena del cuarto, llamado Marrullero, al banderillero navarro, por su regreso a los ruedos. La pena fue que este novillo resultó inválido, careció de fuerzas, se cayó en alguna ocasión e imposibilitó cualquier amago de emoción.
Pese a ello, Manolo de los Reyes firmó una buena tarde, un triunfo, que tendrá continuidad en sus próximas actuaciones. Seguro. Que nadie lo dude.