El ganadero con los novilleros navarros y, al fondo, el picador Pedro Iturralde.
Le entregaron al ganadero el trofeo al toro más bravo de la Feria de Corella del año pasado.
La finca burgalesa La Cabañuela, donde pastan los toros de Antonio Bañuelos, vivió ayer una jornada campera con marcado sabor navarro. En su coqueta plaza de tientas se llevó a cabo un tentadero en el que intervinieron los novilleros navarros Francisco Expósito y Javier Marín, además del burgalés El Chava y el vallisoletano Ricardo Maldonado.
Derechazo de Francisco Expósito a la primera erala.
El primero en intervenir fue Expósito. Tras ser bien picada, como el resto, por Pedro Iturralde, el pamplonés se encontró con una vaca que tuvo nobleza, fijeza, duración y transmisión; sólo le faltó embestir más humillada. El novillero la entendió a la perfección, la toreó con quietud, le dio las distancias y tiempos que pedía, y se lució templado por ambos pitones.
Después, le tocó el turno a Iván Chavarri “El Chava”, que tuvo delante una vaca noble y fácil, a la que toreó a placer en un trasteo sin emoción. El joven burgalés la toreó fácil con las dos manos y remató bien las series con largos pases de pecho.
Natural de Javier Marín a la tercera erala
En tercer lugar, salió al ruedo Javier Marín, al que le correspondió la vaca con más kilos de la tienta, un ejemplar alto, al que le faltó clase. El novillero de Cintruénigo se peleó bien con ella y logró sacarle templadas series de derechazos y naturales en un trasteo largo, en el que se impuso el mando del navarro.
Cerró el tentadero Ricardo Maldonado, un joven que hace seis años consiguió el trofeo al mejor novillero de la Feria de Tafalla. El vallisoletano se llevó la mejor vaca, una erala castaña de gran galope y muy generoso recorrido, que repitió con fijeza. La toreó muy asentado, con muletazo largos, sobre todo al natural.
Terminado el tentadero en una soleada tarde, los dos novilleros navarros le entregaron a Antonio Bañuelos el trofeo al toro más bravo de la feria de Corella del año pasado, un galardón que, por diversos motivos, el ganadero burgalés no había podido recoger todavía.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX