LOS HERMOSO SE REENCUENTRAN Y TRIUNFAN EN SAN LUIS POTOSÍ

Gran triunfo navarro en la plaza El Paseo de San Luis Potosí.

Padre e hijo salieron a hombros en la considerada plaza de toros más antigua de México tras desorejar a sendos toros de Peñalba.

Ganado: Seis toros de Peñalba, bien presentados y de juego variado, entre los que destacaron el primero y el quinto, que recibieron arrastre lento. Pesos: 510, 490, 470, 475, 462 y 470 kilos.

Toreros: Eduardo Zendejas (ovación), Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y vuelta), Guillermo Hermoso de Mendoza (silencio y dos orejas) y Fauro Aloi (oreja y ovación).

Lugar y fecha: Plaza de toros El Paseo Fermín Rivera de San Luis Potosí. 9 de febrero de 2024.

Incidencias: Lleno de ‘no hay billetes’. Noche agradable. Actuaron los forcados de Monsaraz y San Luis Potosí. Los dos caballeros navarros salieron a hombros.

Este viernes fue la segunda actuación de Pablo Hermoso de Mendoza en la plaza de toros El Paseo de San Luis Potosí dentro de esta gira de despedida, en la que la capital potosina y por ende su plaza de toros, la que presume de ser la más antigua de México, tiene el honor de ser el único escenario donde el navarro vaya a actuar dos veces. Esta vez sí como despedida de una de las plazas con más tradición de toreo a caballo y que en esta ocasión vio casi nacer a la profesión a otro montado potosino.

Pablo llegó a tierras mexicanas en 1999 y uno de sus oponentes entonces era el rejoneador mexicano Giovani Aloi. En esta agradable noche, Pablo compartía cartel, además del joven novillero a caballo Eduardo Zendejas, con el hijo de Giovani, Fauro Aloi y con su propio hijo, dando idea de las eras del toreo a caballo que ha cumplido el jinete de Estella. Una bonita historia que acabó con un final feliz para los Hermoso de Mendoza, que salieron a hombros.

Luego, ya en su primero, nos dio la ‘penúltima’ lección de torear a caballo, de someter a un toro que era bueno, pero de salida resultó áspero. Había que sacarle lo bueno y no le hizo falta mucho a Portobelo para sobarlo y apenas castigarlo porque ya la calidad brotaba en sus embestidas. A partir de aquí, una locura, el tendido no paró de vibrar con Talento, que cuajó la mejor actuación de su carrera.

El toro, muy entero, continuó embistiendo ahora a un redondo Ilusión, que lo galopó de espaldas por todo el anillo en varias ocasiones. Aquello era una sola figura, caballo y toro pegados y como si de un baile agarrado se tratara, bailaban al son de la banda. Cerró la faena con Nilton. Un rejonazo en lo alto y sin puntilla provocó el delirio en los tendidos que apretaron ante la reticencia incomprensible del presidente que sólo daba una oreja. Al final la presión, y la justicia, hicieron doble el trofeo y el arrastre lento para el buen astado.

Antes Pablo había bordado otro toro bravo con una faena basada en fases emocionantes tras parar muy bien a lomos de Regaliz. Quiebros con Navegante, que está cuajando una gran temporada dieron paso a las piruetas con Malbec, precisas, ajustadas y siempre encontrando toro. El último tercio continuó al mismo nivel alto para dejar las cortas y un ceñido par a dos manos con Generoso.

A la salida el caballo recibió un golpe doloroso que hizo que Pablo cambiara por Nilton para el rejón de muerte, que esta vez estuvo romo cerrando la posibilidad de más trofeos. Un tercio final al ritmo de un Mariachi que desde el callejón hacía sonar Las Golondrinas y que, al terminar la labor de Pablo, saltaron al ruedo para volver a entonar la mítica canción frente al jinete navarro, quien la escuchó y agradeció desde el centro del ruedo, todo ello antes de dar una muy querida y sentida vuelta al ruedo de adiós.

Toda la calidad y bravura que tuvo el toro de Pablo, careció el primero de Guillermo, rajado, parado y brusco en las pocas embestida que propinaba. Trató de sacarle lo que el toro tenía, que no era mucho. Ante tanta apatía el jinete tiró por lucir en las reuniones que es donde los caballos rayaron a más altura, si bien a la hora de los adornos y de los recursos, el astado nada de nada. Jíbaro, Basajaun y Orfeo sólo lucieron en los embroques y Justiciero en cortas y un buen par a dos manos con el toro muy parado.

Sí dio la medida de lo que lleva dentro el joven dinástico en su segundo, un toro bravo, entregado, exigente, merecedor del postrero arrastre lento, ante el que Guillermo puso la raza de su juventud y la templanza de su herencia. Tercio final para Justiciero que comenzó con dos cortas y dos pares a dos manos muy aclamados y celebrados en los tendidos, que ya estaban entregados a Guillermo, quien, tras un rejonazo espectacular al segundo intento, desató la petición que se hizo extensiva a dos orejas.

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