Los cuatro rejoneadores salieron a hombros en Atizapán de Zaragoza.
Ambos cortaron los máximos trofeos en sus respectivos toros y fueron premiados con las dos orejas del que lidiaron conjuntamente, por primera vez en México. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Seis toros de La Estancia, bien presentados, de buen juego en su conjunto, salvo el cuarto, de los que destacaron el primero por su clase y el tercero por su bravura (éste premiado con arrastre lento) y el sexto, que también tuvo calidad. Pesos: 545, 466, 530, 514, 527 y 510 kilos.
Rejoneadores: Mario Sandoval (vuelta), Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo), Guillermo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo) y Tarik Othon (dos orejas y rabo). En collera, Pablo y Guillermo Hermoso de Mendoza (dos orejas) y Mario Sandoval y Tarik Othon (dos orejas).
Lugar y fecha: Plaza de toros Conchita Cintrón del Centro Caballar Los Azulejos en Atizapán de Zaragoza (estado de México). 9 de diciembre de 2023.
Incidencias: Lleno de ‘no hay billetes’. Mediodía espléndido. Al finalizar el paseíllo, la empresa organizadora, conformada por los rejoneadores Paco Barona y Salvador Rojas, entregó un reconocimiento al maestro estellés, por su trayectoria, y a su vez, éste entregó los beneficios de la corrida al DIF del municipio de Atizapán de Zaragoza. Asimismo, la empresa obsequió una bella obra pictórica al veterano caballero, obra de la pintora lituana Rita Jancauskaite. Pablo Hermoso de Mendoza concedió la alternativa a Sandoval, al cederle la muerte de Jinete, cárdeno, con 466 kilos, al que dio muerte el sobresaliente, Francisco López ‘Yiyo’. Torearon los forcados Amadores de Évora y de México. Los cuatro actuantes salieron a hombros.
El festejo de Atizapán de Zaragoza se caracterizó por el gran nivel de toreo a caballo desplegado por los Hermoso, que por primera vez en México torearon por colleras un toro, y la respuesta de Tarik Othón, que, apenas en su etapa de formación, ya de cara a una próxima alternativa, les peleó las palmas con mucho carácter a los dos toreros nacidos en Navarra.
Por un error de los torileros, que soltaron en primer lugar al segundo de la tarde, que correspondía a Pablo Hermoso, éste tuvo que pedir a Sandoval que abandonara el ruedo para hacerse cargo de la lidia, en una faena templada y medida, ante un ejemplar bajo, corto de manos, y un tanto atacado de kilos, al que toreó con una suavidad pasmosa, en una faena de las suyas; es decir, de maestro consumado del toreo a caballo, tanto por su temple como por su ceñimiento y limpieza al ejecutar las suertes, salvo en un descuido en que uno de sus caballos, Talento, dudó y resultó trompicado; con un puntazo, hubo necesidad de sacarlo de inmediato del redondel. Un rejón de muerte fue el remate de un trasteo de magnífico concepto; máximos trofeos que paseó en triunfo junto al organizador y alma mater del festejo, Paco Barona.
Guillermo Hermoso hizo la faena más vibrante del festejo, porque el tercer toro fue el más bravo de la corrida, y se movió con chispa y fuerza desde que salió por toriles. La estructura del trasteo, así como los adornos, las cortas y los pares a dos manos, y su facilidad para conectar con la gente, fueron las claves para redondear una obra de altos vuelos. Mató de un certero rejonazo y se le concedió el segundo rabo de la brillante tarde. Ante la algarabía de los tendidos, dio la vuelta al ruedo triufal con el ganadero Alejandro Martínez
En el toro que lidiaron en pareja, los Hermoso mostraron esa innata facilidad para andar sobrados delante de la cara del toro, al que se dieron gusto toreando, cada uno con su estilo, ya muy definido el de Guillermo, con visos de ir hacia arriba en cuanto a su expresión artística. Un rejón de muerte que no bastó y que clavó Pablo, obligó a su hijo a utilizar el descabello, para dar otra vuelta al ruedo con dos orejas en las manos.
El mexiquense Mario Sandoval recibió un doctorado más bien simbólico, si se considera que lo adelantaron para dar este importante paso en su carrera, misma que ha procurado llevar adelante con esfuerzo y dedicación, pero quizá todavía sin la capacidad suficiente para verse en compromisos de este calibre. En la vida siempre es bueno ser conscientes de nuestras limitaciones y actuar en consecuencia.
Por su parte, Tarik Othón hizo gala de una magnífica doma y un sentido muy intuitivo para comprender los terrenos en los que debía colocar al toro para provocarlo y clavar banderillas; no hay que olvidar que se las vio con el único toro que no colaboró, el cuarto del festejo.
De menos a más, y muy por encima de la condición del ejemplar de La Estancia, el prometedor caballista queretano demostró que tiene un halagador panorama, y que está hecho y dispuesto a dar la cara por México cuando se le confronte con figuras ultramarinas.
En el que torearon en pareja Tarik y Sandoval, el queretano volvió a estar muy torero, ejecutando toreo con verdad, y gran espectacularidad, como fueron las piruetas que hizo, metido prácticamente entre los pitones de otro de los buenos toros, que terminaron de calentar al público, ya por sí predispuesto a aplaudir su actitud.
Por último, las cuatro pegas realizadas por los forcados, tanto los Amadores de México como los Amadores de Évora, resultaron emocionantes. Intervinieron en los toros corridos en segundo, tercero, quinto y sexto lugares, por conducto de Joao Madeira y Joao Cristóbal, de los portugueses, mientras que Hiram Gallardo y René Tirado lo hicieron por los mexicanos, consumando la pega el cabo mazatleco al segundo intento.
El arrojo y la valentía de estos toreros, artífices de una tradición que tanto gusta en México, donde se arraigó desde hace 45 años, contribuyó a enriquecer el formato de una corrida de la que la gente salió toreando de la plaza, frotándose las manos a la espera de ver la despedida de Pablo Hermoso en la Plaza México, que es lo que ahora mismo se impone. Por jerarquía y por ser un torero consentido de la afición de casa.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX