Los Hermoso de Mendoza, padre e hijo, han salido a hombros en la plaza navarra de Peralta.
Padre e hijo han salido a hombros después de repartirse cuatro orejas de toros de Rosa Rodrigues.
Ganado: Cuatro toros de Rosa Rodrigues, justos de trapío, primero y cuarto de gran juego.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y ovación) y Guillermo Hermoso de Mendoza (oreja en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Peralta, en Navarra. 3 de septiembre.
Incidencias: Casi lleno. Tarde calurosa. Tercera de feria. Los dos caballeros navarros han salido a hombros.
Tarde triunfalista en Peralta que ante el ambiente creado por la gran afluencia de público con un casi lleno y con muchos seguidores de la familia Hermoso tuvimos en el coso de Peralta, en la que tuvimos de todo un poco con una presidencia que se dejó llevar por el ambiente. Una corrida de toros pequeños, pero con dos colaboradores como el primero y cuarto.
El que abrió plaza le correspondió a Pablo y tuvo un gran son. Lo recibió con Alquinista clavando un solo rejón, templó en banderillas con Berlín, llevándolo muy ceñido y a dos pistas. Sacó al tordo Donatelli y con él la faena subió de tono y terminó con las cortas con Corsario. Rejón trasero pero efectivo. Dos orejas. Fue la faena de más nivel de la tarde.
A su segundo, el toro más grande del festejo, le puso con Jíbaro dos rejones. Continuó en banderillas con Ágora y puso dos banderillas con Ilusión, una de las novedades su cuadra, que se mostró muy torero, dando siempre los pechos. Mató con Corsario deficientemente, después de cuatro entradas. Ovación.
El alumno Guillermo se encontró con un primer novillo complicado, pues se le ponía por delante. Lo recibió con Barrabás. Puso banderillas con Brindis e Índico. Después, un par a dos manos con Pirata. Mató de un rejón trasero y dos descabellos. Fue premiado con una oreja.
Al último de la tarde, un toro colaborador, lo recibió con Churumay y lo castigó con un único rejón. Con Disparate comenzó el tercio de banderillas. Ejecutó la hermosina y conectó así con el público, y también con Arsenio, con el que colocó tres palos. Ya en el último tercio, con Pirata, dejó un gran par a dos manos. Mató de un metisaca. Hubo ligera petición, el palco cedió a ella y concedió una oreja, la que le valía al joven jinete para salir a hombros junto a su padre.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX