LOS GANADEROS DE BRAVO NAVARROS PODRÁN DEJAR LOS CADÁVERES DE LAS RESES EN SUS PROPIAS FINCAS

Manada de vacas bravas en una ganadería de Navarra.

Manada de vacas bravas en una ganadería de Navarra.

De momento, siempre que su explotación sea extensiva. Tal medida permite que no tengan que contratar un seguro de retirada de animales.

Los ganaderos de bravo navarros, con explotaciones extensivas, podrán habilitar espacios en sus propias fincas para depositar los cadáveres de ganado que alimentarán a las aves necrófagas, según recoge una nueva norma foral que además establecerá un marco legal para la creación y mantenimiento de muladares por iniciativas privadas o locales.

Según informó en rueda de prensa el consejero de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, José Javier Esparza, esta normativa responde al interés comunitario y medioambiental además de permitir una “vuelta a lo más natural”.

Está previsto que 5.201 explotaciones, con un censo de 546.799 cabezas de ganado extensivo, se puedan acoger a las nuevas Zonas de Protección para la Alimentación de Aves Necrófagos (ZPAEN).

Esta norma sustituirá a la implementada en 2000, con motivo del brote de la enfermedad “vacas locas”, que obligaba a los ganaderos a contratar un seguro y a llamar a un gestor que se encargaba de recoger el cadáver hasta muladares concretos.

Con las restricciones que se establecieron en la alimentación natural de las aves necrófagas, la población navarra no disminuyó bruscamente, pero sí lo hizo el número de polluelos por pareja, que descendió desde los 0,73 en 1999 a 0,48 en 2012.

El descenso en la productividad de las aves necrófagas ha comportado un deterioro de la pirámide poblacional, en la que se ha detectado que estas aves viven más tiempo, pero que las jóvenes tienen menos oportunidades de sobrevivir.

Actualmente en Navarra las especies necrófagas de interés medioambiental son el buitre leonado, con una población estimada de 2.7000 parejas reproductoras, el milano real, con 250, el alimoche común en 130, y el quebrantahuesos, con sólo ocho parejas reproductoras.

A partir del mes que viene, fecha en la que Esparza prevé que se comenzará a aplicar la nueva normativa, los ganaderos que lo deseen y que cumplan los requisitos podrán retirar el seguro y gestionar en sus propias fincas las Zonas de Protección para la Alimentación de Aves Necrófagos.

La supresión del seguro y del gestor supondrá un ahorro de unos 373.000 euros para los ganaderos navarros y de unos 151.600 euros para el Gobierno de Navarra.

Pueden acogerse a esta norma las explotaciones de ganadería extensiva de ovino, caprino, equino y vacuno que cumplan las condiciones higiénicas y sanitarias pertinentes, además de conllevar un compromiso del ganadero en cuanto al registro de los cadáveres.

Por otra parte, siguiendo la directiva europea, los cadáveres de reses de vacuno de más de 48 meses continuarán analizándose, para prevenir nuevos brotes de “vacas locas” u otras enfermedades.

El registro de cadáveres permitirá la distribución por todo el territorio navarro y la adecuada regulación en función de las necesidades alimenticias de las aves, con la intención de mantener la población, pero “sin que crezcan”.

Las ZPAEN ocuparán todo el territorio autonómico excepto la zona de influencia del aeropuerto de Noáin lo que, según Esparza, “contribuirá con el desarrollo natural” de las poblaciones de aves.

Por otra parte, la norma permitirá que los diez Puntos de Alimentación Suplementaria de Aves Necrófagas (PASAN) ya establecidos y los cuatro en tramitación puedan ser autorizados como muladares (comederos controlados de aves necrófagas) bajo gestión de ayuntamientos o iniciativa privada.

La norma está todavía en borrador y el departamento se reunirá durante las siguientes semanas con los principales agentes ganaderos, aunque no cree que haya problemas pues la norma “facilita la actividad y la vida económica ganadera”.

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