Aspecto de la plaza de toros de Pamplona en San Fermín.
La Casa de Misericordia ha presentado la quincuagésima cuarta Feria del Toro, cita que ha deparado escasas sorpresas, salvo la ausencia de Manuel Jesús “El Cid”, que se sumaba así a las ya conocidas de José Tomás, Morante de la Puebla, José María Manzanares y, si se quiere, por su glamur, Cayetano Rivera Ordóñez.
Lo cierto es que, ante tal situación, cualquier feria que no anuncia, sobre todo a Morante y Manzanares –dejemos a Tomás como caso aparte-, pierde lustre, atractivo para el gran público e interés para el aficionado.
Respecto al llamado “G-10”, que supuestamente agrupa a las figuras, a los diestros considerados de mayor cotización, la Meca ha contratado a la mitad, a cinco: El Juli (único que toreará dos tardes), Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante, David Fandila “El Fandi” y César Jiménez. Éste es el “G-5” que dará la cara en Pamplona. Ocupará seis puestos de los veinticuatro, es decir, una cuarta parte.
De la otra mitad, Ponce ya se despidió de Pamplona hace años; a Manzanares parece que no le agrada el ambiente de la plaza, coso que este año no entraba en los planes de Morante; con Cayetano no ha habido negociaciones; su apoderado, Curro Vázquez, aseguró que la Meca no había mostrado por interés por contratarlo, lo que llama la atención, dado el atractivo que parece que tiene para el gran público; y respecto a El Cid, la comisión taurina aseguró ayer que no contratarlo había sido decisión de ella, descartando así un hipotético desencuentro económico.
Ese “G-10” puso en manos de la empresa All Sports Media (ASM) la gestión de sus derechos audiovisuales, una decisión que levantó polémica y la sigue suscitando. Sin embargo, la citada comisión de la Meca aseguró ayer que había alcanzado un “acuerdo no perjudicial para ambas partes”. Inteligente y reservada ella, sólo tuvo que negociar sobre ese “G-5”, algo más barato que la otra mitad y, por supuesto, como siempre, no habló de cifras, de cantidades económicas en este sentido.
En tal situación, la comisión ha sabido contratar a otras figuras que no forman parte de ese “G-10”, como Castella, Padilla, Fandiño y Luque. Y de este modo ha fabricado una feria bastante equilibrada, compensada, con peros sí, pero que tiene su atractivo, sobre todo para el aficionado, tarde tras tarde, del 7 al 14 de julio. En ella sólo dos matadores de toros debutarán –Nazaré y Jiménez Fortes-, se repesca a otros que atraviesan buen momento, como Castaño y Gallo, mantiene a otras interesantes, como David Mora, Morenito de Aranda y Juan Mora, y llama la atención que se anuncie a otros que dicen muy poco, como Robleño o Ferrera.
Ante las ausencias citadas o, como se prefiera, al haber más huecos, la Meca tenía que haber dado mejor trato al único matador de toros navarro, a Francisco Marco, que se las volverá a ver con los cebaditas; por lo menos, debía haber entrado en el cartel de Fuente Ymbro, que tampoco es para tirar cohetes.
Duele tanto o más el caso de la novillada. Según la comisión taurina, como sólo hay una novillada picada, trata de contratar a los novilleros más punteros del momento. En fin… Para el próximo 5 de julio ha contratado al madrileño Gómez del Pilar, que ha triunfado en San Isidro y que, desde que debutó con caballos en 2009, ha sumado la importante cantidad de 66 novilladas picadas; al valenciano Román, que se presentó con los del castoreño el año pasado, que no ha pasado por Las Ventas y que ha toreado tres novilladas, una de ellas, eso sí, en el coso valenciano, donde lo bordó; y a González Caballero, también madrileño, que debutó con caballos el pasado mes de abril y que ha cortado una oreja en Sevilla y otra en Madrid, las dos únicas novilladas que ha toreado.
Dicho de otro de modo, ha dejado fuera al murchantino Javier Antón, que debutó con los del castoreño en 2009 y suma 18 novilladas, y al gaditano afincado en Tudela Diego Hermosilla, que lo hizo en 2007 y acumula 19 actuaciones con caballos.
Hecha tal comparativa presentación de novilleros, se puede apreciar que los dos navarros poseen bastante más rodaje que dos de los novilleros afortunados, que apuntan bien pero que, desde luego, no son punteros.
Una pena, porque el tiempo pasa para esos dos navarros, para todos, y siguen sin tener esa importantísima oportunidad en la feria pamplonesa, ocasión que puede servirles para estrellarse o para relanzar su carrera, pero que se merecen mucho más que dos de los contratados.
Dicho esto, lo importante es que veamos una buena feria, que el público siga acudiendo a la plaza, que no se vuelva a ver ese feo y frío cemento, y que así se incremente la afición a la gran fiesta de los toros. Una afición que debería fomentar la comisión taurina de la Meca, labor que, por desgracia, no lleva a cabo. Y es que en la vida no es todo dinero. O no debería serlo.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX