Recoge, a su modo, diversas costumbres festivas de Navarra.
La película más taquillera del año en Rusia comienza con unas golondrinas volando por un paisaje que resulta familiar. La cámara, como un ave más, planea mientras van apareciendo los títulos de crédito en cirílico, hasta que alcanza un majestuoso pueblo (Ujué, en realidad) que, sin embargo, al entrar en él se convierte en una Pitillas en fiestas. «España, 1956», se indica sobreimpresionado. Suena el Uno de enero, dos de febrero… en la plaza hay mesas de taberna con gente bebiendo vino, una charanga, jóvenes bailando, guardias civiles con unos tricornios enormes, banderas de Navarra y la cámara, o la golondrina, si se quiere, se detiene entonces en un balcón ocupado por un niño de extraño vestuario, un hombre y una mujer interpretada por Alejandra Grepi.