La peña pamplonesa homenajeó a la ganadera fallecida en abril y su hija regaló a los mozos el clásico pañuelo que lucía en las fiestas de San Fermín
Un pañuelo de Oberena algo descolorido no podía ocultar el paso de los años. Regalo del que fuera presidente de honor de la peña, Antonio Ordóñez, adornaba el cuello de Dolores Aguirre en sus visitas a la Feria del Toro y a las fiestas de San Fermín desde hace décadas. Con este regalo del matador rondeño, que también tuvo un papel importante en sus inicios como ganadera a finales de los 70, comenzó una relación entre Dolores Aguirre, fallecida el pasado mes de abril, y Oberena. Ayer esa relación quedó grabada para siempre. Isabel Lipperheide Aguirre, su única hija, entregó el pañuelo a los miembros de la peña. Con ese gesto agradeció el homenaje que desde la junta directiva habían preparado para su madre.
Una amplia delegación de Oberena acudió ayer a la plaza de toros, antes del apartado, para realizar el homenaje a Dolores Aguirre. Con muchos taurinos como testigos, querían agradecerle su cariño a Pamplona, a los sanfermines y a la propia peña.
Habían preparado con detalle el acto y contaban con la complicidad de la Meca. Desde megafonía, cuando acabó el enchiquerado de los toros, anunciaron el homenaje.
El presidente de Oberena, Karlos Agirre, entregó a la hija de la ganadera un cuadro con una fotografía de su madre en la que el pañuelo de Oberena era el único elemento en color. La instantánea correspondía a los sanfermines de 2012, en su última visita a la fiesta. También prepararon un libro sobre Pamplona y los sanfermines. No faltó la entrega de un nuevo pañuelo de Oberena para ella y el deseo de que pudiera lucirlo tantos años en Pamplona como su madre.
Con lo que no contaban los peñistas, que ayer hacían gala de su afición taurina, era con lo que había preparado Isabel Lipperheide. Antes de su viaje a Pamplona, buscó en los armarios y encontró el pañuelo de Oberena que con tanto cariño lució y guardó su madre. Y se lo entregó a los miembros de la junta para que lo conserven. El gesto emocionó a más de uno en Oberena, como a Jorge Casado, que lo guardó en el bolsillo antes de llevarlo a la sede de la peña. El presidente, también agradecido y sorprendido, anunció que ocupará un sitio de honor junto a pañuelos y trofeos.
La familia de Dolores Aguirre acudió al homenaje con una mezcla de orgullo y gran emoción. Junto a Isabel, que no dejó de recibir gestos de cariño, estaban su esposo, Jorge Ortiz de Urbina, sus tíos Eduardo Aguirre, con su mujer, Anto Aguirrezabal y Pilu Aguirre, y sus primos Gonzalo Soto Aguirre y Diego Aguirre.
Información de C. A. M. para Diario de Navarra.