“Es una corrida de Miura para Pamplona, con eso está todo dicho. Es seria, con trapío y con cara, como se requiere en San Fermín. Este año cumplimos 35 lidiando ininterrumpidamente y, desde que se creó la Feria del Toro, en 1959, son casi cincuenta las tardes que hemos lidiado. Es una barbaridad. Ellos están con nosotros y nosotros estamos con ellos y, lógicamente, tanto tiempo caminando juntos crea unos lazos afectivos especiales. Lidiamos todos los años, salgan las cosas bien, mal o regular, y eso es muy de agradecer. La corrida va variada de pelos y de peso no va a tener problemas… -ríe-, aunque tampoco va a ser muy pesona. Tiene leña por delante, pero tampoco son caras destartaladas: el 71 y el 52 las tienen más abiertas, y el 57 y el 22, más cerradas. Ese 71, cárdeno, con mucha cara, estaba previsto para Madrid, pero tres días antes de embarcar le pegaron un puntazo y no pudo ir. El 22 y el 28 quizá sean los más grandones pero todos tienen trapío de sobra. Está bien hecha, en el tipo de la casa, y ahora sólo queda que embista y se parezca a la de Madrid”.
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Festejos Taurinos en Pamplona y Navarra
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