LA MANADA DE VACAS CIERRA EN TRES MINUTOS EL 1º ENCIERRO DE ESTELLA

Muy concurrido estuvo el primer encierro de las fiestas de Estella. Fotografía: Montxo A. G.

Muy concurrido estuvo el primer encierro de las fiestas de Estella. Fotografía: Montxo A. G.

A lo largo de la carrera, no se registraron ni heridos ni anécdotas ni ocurrencias festivas.

A toda velocidad. Así transcurrió el primer encierro matutino de fiestas de Estella, el más esperado. Pese a ser además uno de los más multitudinarios, el de ayer destacó por la ausencia casi total de anécdotas, ni peligro, ni heridos ni ocurrencias festivas. Fue un encierro de libro: contenido, rápido, con la manada de vacas en ramillete todo el tiempo. Así partieron desde los corrales de Astería y, tras cruzar la calle Mayor, allí les esperaba la habitual barricada de la cuesta de Entrañas.

La barrera de plástico protegía a muchos mozos, cerca de una treintena, pero poco hicieron por resistir el paso de las vacas, que azuzadas con vehemencia por los pastores, se colaron por el flanco izquierdo al primer intento.

Tres minutos de carrera, con diez segundos de diferencia entre la primera y segunda res. Que mejor resumen que estas cifras para exponer lo que sucedió.

Grandes, pero sin peligro

En la plaza de toros, que estaba a tres cuartos del aforo, las puertas de la barrera situadas bajo presidencia lucían aún las marcas que dejó uno de los miuras en el desencajonamiento el pasado jueves, al abrirlas con un fuerte topetazo.

El peligro que representaron las vaquillas de ayer no pudo estar más lejos de los acontecimientos anteriores. Aunque se vieron varios recortes y carreras con lucimiento, el número de mozos que se internó en el coso fue más bien escaso.

La cuarta de las cinco reses que ayer salieron a la arena fue la que en más aprietos puso a los corredores y uno de los jóvenes, no demasiado entrenado, sufrió un espectacular revolcón durante varios segundos, aunque consiguió zafarse y llegar a la barrera con la camisa hecha jirones.

Según varios aficionados, el tamaño del ganado era un tanto disuasorio para los más jóvenes. “Sería mejor que el empresario echase vacas un poco más pequeñas para que se animasen los chicos de 18 a 20 años”, opinaba el presidente del club taurino, Juan José Crespo, que transmitió este deseo al presidente de la corrida de ayer, el socialista Ignacio Sanz de Galdeano, curtido en estas lides, ya que con la de ayer se acerca a la veintena de presidencias ejercidas en su trayectoria como concejal.

Un edil con afición

Además, raramente falta a la plaza, ya que se declara aficionado de los de abono anual. Este año el nuevo alcalde, Koldo Leoz, ha decidido renunciar a las entradas que el empresario Jesús Macua regalaba a los miembros de la corporación, cuyo valor se estimaba en 4.000€, aunque no generaban gasto para el consistorio.

“Yo voy a venir a la plaza igual. Si no hay entradas, compro mi abono y ya está”, argumentaba Sanz de Galdeano. “La decisión no tiene impacto económico alguno para el municipio, es una política del Ayuntamiento de rehusar cualquier tipo de regalo y como tal me parece muy defendible”, opinaba. Como aficionado, Sanz de Galdeano ha visto cómo la entrada de la plaza de Estella ha decaído paulatinamente en los últimos años como en casi toda España. “La gran limitación es el propio aforo de la plaza, 3.000 localidades, que hacen muy difícil que el empresario pueda traer buenos toreros a un precio razonable para el público. En estos tiempos, 30€ por una entrada de sol y 55€ por una de sombra es muy caro para casi todo el mundo, pero si no, las cuentas tampoco cuadran”, argumentaba.

Encierro rápido, vaquillas sin sobresaltos y plaza con poca música, porque como se sigue quejando el club taurino, la charanga hace unos años que está ausente por los recortes y la única animación son los gaiteros.

Información de R. A. para Diario de Navarra.

This entry was posted in Actualidad and tagged , , , . Bookmark the permalink.

Comments are closed.