El segundo encierro de las fiestas de Sangüesa registró poca participación de corredores. Fotografía: Jesús Caso.
Las reses de Herederos de Ángel Macua, de Larraga, apenas tardaron minuto y medio en completar el recorrido.
Los chaparrones intermitentes que se registraron ayer por la mañana en Sangüesa también afectaron al desarrollo del segundo encierro de las fiestas, en el que varios astados terminaron puntualmente por los suelos al resbalar sobre el pavimento mojado.
No hubo que lamentar, eso sí, ningún herido tras la carrera. Los servicios asistenciales de DYA no atendieron a ningún mozo.
Los seis toros de la ganadería navarra de Macua completaron bastante hermanados y en apenas minuto y medio los 500 metros del recorrido desde los corrales de San Salvador hasta la plaza.
Dos de ellos resbalaron al pasar por el paso de cebra junto al Arco de Carajeas y acabaron en el suelo, si bien se levantaron rápidamente y prosiguieron la marcha.
“Ha habido momentos de tensión con la caída, pero por fortuna no ha pasado nada. Los toros han corrido a buen ritmo y se han visto muy pocos corredores”, dijo Juan Carlos Oiza, portavoz de los pastores.
Información de A. V. para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX