La falcesina herida seguía el encierro, que corría su marido, detrás del vallado. Fotografía: Pedro Armestre (AFP).
Sufrió una cornada envainada de 8 centímetros en el muslo derecho de la que fue intervenida quirúrgicamente; ayer por la tardes ya se encontraba en su domicilio.
M.P.T., vecina de Falces de 49 años de edad, y que seguía el cuarto encierro de San Sebastián de los Reyes detrás del vallado, recibió una cornada envainada de ocho centímetros en su cuádriceps derecho por la que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. A media tarde de ayer ya se recuperaba en su domicilio.
Esta espectadora había llegado¡ a esta localidad madrileña el miércoles acompañada de su marido, un corredor habitual en estos encierros, y destino habitual de un buen número de aficionados navarros a los toros. El de ayer era el segundo encierro al que asistía y el cuarto de las fiestas. Lo corrieron cerca de 3.000 personas, según explicaba el ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes.
El suceso ocurrió en el tramo comprendido entre las calles de Leopoldo Jimeno con Real Vieja, al principio del recorrido. Los toros de la ganadería salmantina de Carlos Charro iban en manada, pero uno de ellos, arremetió contra el vallado. M.P.T. se encontraba subida al vallado: “Había bastante gente. En cuanto ha visto que llegaba el toro ha intentado echarse para atrás pero no ha podido apartarse más. Ha sido en ese momento cuando el toro le ha golpeado”, relataba su marido, que justo corre en ese tramo.
‘Heridas en sano’
Una cornada envainada es una herida que no se percibe en un primer momento, pero que, sin romper la piel, puede dañar los tejidos interiores como masa muscular o los tendones. En la jerga de la medicina taurina a las cornadas envainadas también se les denomina ‘heridas en sano’. “El toro le ha dado con su pala”, explica el marido de esta falcesina. De inmediato, y nada más terminar el encierro, el matrimonio se acercó hasta los miembros de protección civil de San Sebastián de los Reyes, que tras valorarla, la trasladaron hasta el quirófano de la plaza de toros para operarla con el objetivo de ver los daños.
A mediodía de ayer, y tras desechar el ingreso, fue dada de alta. “Teníamos pensado quedarnos todo el fin de semana, pero como ella estaba bien, hemos decidido que lo mejor era recuperarse en casa. Aquí, en Navarra, le harán el seguimiento de la herida y las curas”.
Información de Rubén Elizari para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX