El portugués Diego Peseiro paseó la única oreja de una larga novillada picada mixta.
Ganado: Cuatro utreros y dos erales de Antonio San Román, bien presentados y de juego dispar, aunque manejables en general, con un primer eral premiado con la vuelta al ruedo.
Novilleros: Diego Peseiro (ovación tras aviso y oreja), Rafael Reyes (vuelta tras petición y silencio tras dos avisos) y Nabil ‘El Moro’ (vuelta al ruedo y silencio tras dos avisos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Peralta (Navarra). 27-VI-2021.
Incidencias: Algo más de trescientos espectadores dentro de un aforo limitado. Tarde amenazando tormenta, que acabó en fría. El eral premiado con la vuelta al ruedo fue el llamado Fundado, negro, número 47.
Sólo faltó más público para poder hablar de una muy interesante tarde toros. El tiempo, ese cielo gris que amenazaba tormenta, posiblemente restó público. Pero, quienes acudieron, salieron satisfechos de la plaza. El mayor interés del festejo venía dado por Nabil ‘El Moro’, que convenció, sobre todo de capa. Como es lógico, no anduvo fino con los aceros y por ahí se le escapó el triunfo en su primero.
Ese tercero de la tarde fue un eral de escasa presencia, pero de magnífica embestida. El joven pamplonés se lució con el capote. Con la muleta se acopló bien por el pitón izquierdo y dibujó tandas de calidad. Pero se le atragantó la espada y por ahí se le escapó el triunfo. Se tuvo que conformar con dar una vuelta al ruedo.
En el último de la tarde, un eral muy diferente al anterior, con genio y problemático, difícil de parar. Ante él, se pudo ver la lógica falta de oficio de Nabil. No hay que olvidar que está comenzando. De nuevo, no anduvo fino con los aceros; tres pinchazos y dos medias dieron paso a dos recados del palco y al silencio del público.
Peseiro, por su parte, se encontró en primer lugar con un castaño blando, justo de fuerza, con el que se lució en banderillas. Con la muleta, elaboró una faena encimista, ante un utrero que se defendió. Tras un pinchazo y una estocada tendida recibió un aviso y una ovación.
Frente al cuarto, un novillo muy en Torrestrella que fue a más, realizó una interesante faena por ambos pitones, en la que mostró oficio. Mató al primer intento y cobró una oreja, la única que se concedió a lo largo de la tarde.
Por último, a Rafael Reyes se le vio algo verde ante el segundo novillo, un negro utrero con un buen pitón izquierdo. Con los rehiletes no pasó de voluntarioso y con la muleta se mostró desconfiado, no llegó a acoplarse. Sin embargo, estuvo breve en la suerte suprema, lo que provocó petición de una oreja que no llegó a concederse.