JUAN BAUTISTA Y ALFREDO ÍÑIGUEZ, PREMIADOS EN CORELLA

De izda. a dcha., José Antonio Cueva, Juan Bautista, Alfredo Íñiguez y Gorka García, alcalde de Corella.

De izda. a dcha., José Antonio Cueva, Juan Bautista, Alfredo Íñiguez y Gorka García, alcalde de Corella.

El matador de toros francés, y empresario de Arles, se mostró dispuesto a gestionar el centenario coso corellano.

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Corella se impregnó el pasado viernes de aroma taurino con la entrega de los trofeos de la pasada Feria de San Miguel, acto que estuvo presidido por el alcalde de la ciudad, Gorka García, y por el presidente del Club Taurino Gracurris, José Antonio Cueva, y que contó con la presencia de medio centenar de aficionados.

Por segundo año consecutivo, Juan Bautista recibió el trofeo al triunfador de la feria. Tras agradecer el galardón, rememoró la tarde de su triunfo y reconoció la suerte que le acompaña en esta plaza, ya que el año pasado fue asimismo declarado triunfador y en 2008, año de su presentación en Corella, y 2009 logró abrir la puerta grande. El día de su debut triunfó rotundamente; le cortó tres orejas a un lote de José Luis Marca. Al año siguiente, volvió a salir a hombros tras cortar tres orejas a un lote de Araúz de Robles.

Tras el acto de entrega de trofeos, un grupo de aficionados le preguntó sobre la posibilidad de gestionar la plaza de toros de Corella. Bautista, que ya es empresario del coso francés de Arles, aseguró que estaría encantando de organizar la próxima feria corellana.

En el terreno de la materia prima, dada la deficiente presencia del ganado lidiado en las dos corridas de la feria, el jurado no tuvo otro remedio que declarar desierto el trofeo al toro más bravo.

Navarro premiado

Por último, el ganadero navarro Alfredo Íñiguez recogió el trofeo al mejor encierro de las pasadas fiestas de San Miguel, distinción promovida por el ayuntamiento corellano. El criador de bravo agradeció el galardón y reconoció que, pese a lo duro y a los contratiempos de su profesión, había realizado una buena temporada.

Para obtener este reconocimiento, el ganadero de Arguedas tuvo que imponerse a otra media docena de hierros; concretamente a Casta Murchantina, Merino,  de Marcilla, Hermanos Ganuza, de Artajona, Murillo Conde, de Tauste, Bretos Fernández, de Villafranca, y Hermanos Ustárroz , de Arguedas.

La jornada taurina concluyó con un la clásica cena de hermandad en el restaurante El Crucero, cuyo propietario, Nabor Jiménez, volvió a ejercer de excelente anfitrión.

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