JOSÉ TOMÁS REAPARECE Y SALE A HOMBROS EN LA PLAZA DE JURIQUILLA

Derechazo de José Tomás en la plaza de Juriquilla. Fottografía: Emilio Méndez.

Derechazo de José Tomás en la plaza de Juriquilla. Fottografía: Emilio Méndez.

Al finalizar el festejo, fue el encargado de cortarle la coleta a Fernando Ochoa, amigo y compañero de tarde.

Ganado: Tres toros de Los Encinos, primero, segundo y cuarto, y cuatro de Fernando de la Mora; el tercero y el séptimo, de regalo, premiados con arrastre lento.

Toreros: José Tomás (dos orejas, ovación y ovación) y Fernando Ochoa (ovación, oreja, silencio y dos orejas en el de regalo).

Lugar y fecha: Plaza de toros de Juriquilla, estado de Querétaro (México). 3 de mayo.

Incidencias: Lleno hasta la bandera. Los dos diestros salieron a hombros. Ochoa se despidió del toreo. Se desmonteraron los banderilleros Alejandro Prado, Fermín Quirós y Gustavo Campos. Destacó en varas Isabel Prado.

La plaza de toros de Juriquilla registró un lleno hasta la bandera. Excepcional ambiente en el coso azteca en la tarde del regreso de José Tomás a los ruedos. Políticos, artistas, ganaderos y matadores de toros se dieron cita para presenciar al torero de Galapagar, que, según el portal Aplausos, más allá del balance artístico -cortó dos orejas- ofreció una gran tarde de toros.

José Tomás abrió el festejo con un toro con calidad de Los Encinos ante el que cuajó una faena de nota sobre ambas manos por el temple y las distancias. Labor a más finalizada con adornos de gran torería y una estocada hasta las cintas que le valieron las dos orejas.

Con verónicas, chicuelinas y delantales saludó a su segundo, éste con el hierro de Fernando de la Mora. Cumplió en varas el toro. Abrió la faena con estatuarios para después llevar largo al toro sobre ambas manos. Finalizó con manoletinas y la espada, que cayó baja, le privó de trofeos.

Su tercero y último llevó también el hierro de Fernando de la Mora. Brindó a su amigo Fernando Ochoa antes de tomar la muleta. Firmeza de plantas en los estatuarios. Toreó con empaque y profundidad a un toro extraordinario. Gran faena con un trincherazo memorable. De nuevo falló con la espada y el premio quedó reducido a una ovación.

El primero del lote de Fernando Ochoa empujó en el peto. El diestro azteca fundamentó su labor sobre la diestra ante un toro aquerenciado. Tuvo mérito su actuación, rematada sin acierto con la espada.

La faena a su segundo, también con el hierro de Los Encinos, la brindó a su madre. Ochoa realizó una faena llena de entrega y disposición. Firmó muletazos limpios y de buen trazo a un toro con calidad, clase y transmisión. Mató de una estocada y cobró una oreja. Complicado resultó el sexto, un animal ante el que tan sólo pudo poner actitud y empeño.

No se quiso despedir así el mexicano, que regaló un sobrero. Brindó al respetable para después cuajar una faena emotiva. Trazó muletazos sentidos que calaron en la afición. Hubo despaciosidad sobre la diestra antes de una gran estocada que le valieron las dos orejas. Emocionante fue la vuelta al ruedo con los ganaderos Fernando de la Mora y Eduardo Martínez Urquidi.

Después, José Tomás fue el encargado de cortarle la coleta antes de salir a hombros junto al empresario Juan Arturo “El Pollo” Torres Landa.

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