José María Marco, en su despacho profesional. Fotografía: Jesús Caso.
El presidente de la Comisión Taurina de la Meca destaca en una entrevista publicada en Diario de Navarra la presentación en líneas generales de todas las corridas, la actitud de Cayetano y la respuesta del público: “Su lealtad a la Feria del Toro es inquebrantable”.
El presidente de la comisión taurina de la Casa de Misericordia, José María Marco, realiza un balance muy positivo de la Feria del Toro que acaba de terminar: “Las corridas se han movido con muchos ejemplares de notable juego, los toreros han estado a la altura de las circunstancias y el público, que ha respondido en masa, ha disfrutado. Todo esto me hace poner a la feria un notable alto. Estamos realmente muy satisfechos por la presentación de las corridas, por los triunfos que se han vivido y porque se ha vuelto a demostrar que el toro es el eje central de estas fiestas. Desde por la mañana con el encierro hasta por la tarde con la culminación de la corrida. Es imposible concebir unas fiestas de Pamplona sin la presencia del toro como su eje central”.
-¿Qué valoración general realiza de la feria?
-Los datos nos demuestran que el balance es muy positivo puesto que los resultados generales han sido muy buenos. El dinamismo es fundamental para que el público disfrute durante el desarrollo de la lidia y las corridas en líneas generales se han movido; unas mejor que otras, pero se han movido y han contribuido al espectáculo. Además, hay que reseñar que ha habido un gran número de toros que han sido realmente bravos y buenos y la gente en general ha salido contenta. Y eso es de lo que se trata, de satisfacer los gustos del público. En cuanto a los toreros, creo que han estado a la altura de las circunstancias. Evidentemente, no es lo mismo la de Cebada, Escolar o la del Puerto de San Lorenzo que la de Jandilla o Núñez del Cuvillo… Ya lo sé, pero en líneas generales los matadores han estado a la altura de los toros que han tenido que lidiar.
-Había una cierta inquietud entre un sector de la afición pamplonesa por la repetición un año más del Parralejo en la novillada. ¿Estuvo a la altura?
-Tuvo mucha clase pero es verdad que fallaron las fuerzas en algunos de los ejemplares. Estuvo muy bien y con empaque Javier Marín, Toñete nos demostró a todos que tiene una mano izquierda que tiene mucho que decir y Jesús Enrique Colombo triunfó por todo lo alto porque estuvo muy en novillero, con mucha entrega y valor.
-La corrida de rejones se ha convertido en una cita indiscutible de la feria y fue un gran espectáculo.
-Sin duda, a ello contribuyó en gran medida el gran juego de los toros de Capea, que fue un conjunto ganadero excelente en todos los sentidos, tanto por su bravura como por su movilidad, con son y con ritmo. Los tres rejoneadores estuvieron muy bien, con la pena de que Pablo Hermoso de Mendoza fallara con los aceros. Leonardo Hernández se lució y Roberto Armendáriz, después de lo mal que lo ha pasado estos últimos meses tras su accidente de tráfico, estuvo sensacional y cortó cuatro orejas. Fue una tarde preciosa en todos los sentidos.
-¿Es imposible que Diego Ventura, que lleva 14 puertas grandes de Madrid, actúe alguna vez en Pamplona?
-En absoluto, no hay nada imposible, pero tenemos un cartel que funciona y no vemos razón alguna para cambiarlo. El día que salga mal a lo mejor sí podríamos pensar en hacer cosas distintas, pero ahora no existe ninguna razón puesto que los tres rejoneadores se han ganado repetir y eso es norma de Pamplona desde siempre.
-¿Trajo Cebada Gago la corrida que esperaban?
-A mi juicio la Feria del Toro necesita este tipo de corridas. Fue un conjunto de toros duros y exigentes y en la que Román estuvo muy bien, con la fuerza de la juventud, con anhelos de triunfo desde que se abrió de capote. Se llevó una gran voltereta y cortó una oreja. Juan Bautista estuvo en maestro, torea con tanta facilidad que parece difícil que llegue al tendido. Javier Jiménez tuvo el lote más complejo y no pudo destacar como el año pasado.
-¿Jugó a la contra la lluvia en la corrida de José Escolar?
-Ya lo creo, hubo dos toros (cuarto y quinto) muy buenos y fue precisamente el momento en el que rompió a llover a mares. La buena faena que hizo Eugenio de Mora no llegó a los tendidos por el agua y Pepe Moral estuvo francamente bien con la mano izquierda. Gonzalo Caballero tuvo la torería enorme de salir al ruedo con la cornada en el glúteo y cuando estuve con él en el hospital me dijo que jamás iba a olvidar los gritos de ¡torero!, ¡torero! de toda la plaza. Me confesó que ha sido una de las cosas más grandes que le habían ocurrido en su vida.
–Debutó la ganadería de El Puerto de San Lorenzo. ¿Confirmó sus expectativas?
-Estuvo extraordinariamente bien presentada; desde ese punto de vista fue impecable. Destacaron dos toros: al que le cortó la oreja Paco Ureña y el sexto, que fue de encaste Aldeanueva y que tuvo una clase excelente. José Garrido salió a por todas en ese toro y sólo falló con la espada. Fue una corrida muy de Pamplona.
-¿Ha constituido la divisa de Fuente Ymbro la mayor decepción ganadera de este abono?
-Es una ganadería que ha conseguido en su trayectoria en nuestra ciudad todos los premios habidos y por haber. Esperamos mucho de ella y en los últimos años siempre ha dado un gran triunfo a un torero. Este año lidió un toro bueno, el tercero; pero el resto se movió pero con falta de clase. Fue la más desclasada de todas.
-Llegaron las corridas de las figuras y el diluvio de orejas…
-Empezó Jandilla, con la corrida más torera de la feria, con cinco toros de muy buena nota por su juego y bravura. Miguel Ángel Perera estuvo extraordinario pero falló con la espada, aunque pocos cantaron los muletazos tan buenos que dio. Cayetano fue una de las sorpresas. A pesar de debutar dio muestras de un aplomo y una postura excepcional. Y Roca Rey está a milímetros del percance con una serenidad y una cabeza privilegiada. Fue una lástima la cogida al partírsele el estoque, pero el público estuvo con él porque su entrega es máxima y volvió a demostrar que es un torero imparable. La corrida de Victoriano del Río me encantó por su movilidad y motor, con varios ejemplares muy bravos, además fue un lote agresivo de presencia. Estuvieron muy bien Sebastián Castella y López Simón, y Ginés Marín dio un recital a la altura de su triunfo de Madrid con el toro tan bueno que le tocó, que fue de premio gordo. Falló con la espada pero lo solucionó en el sexto. Es un torero joven con una gran proyección, con soltura, con empaque. La corrida de Nuñez del Cuvillo fue más desigual en cuanto a su presentación pero fue muy buena en líneas generales; el público salió encantado de la corrida con el gran toreo de Alejandro Talavante y pudimos ver a un Antonio Ferrera excepcional. Me asombra en todos los sentidos, como director lidia, está presente en todos los tercios y posee un poder maravilloso. Quizás se equivocó al matar recibiendo o pensó que si salía bien la plaza se iba a caer. Encima se llevó una voltereta muy fuerte. Creo que ha dejado un poso enorme en Pamplona a pesar de que no pudo cortar oreja. Ginés tuvo ese día el peor lote… Lo que hizo es matar muy bien.
-¿Decepcionó Miura?
-No, fue una corrida muy de Pamplona, con su envergadura y seriedad impresionante. Hubo tres y tres y los tres toreros estuvieron tremendos, con Rafaelillo y su puerta grande, que fue emocionantísima; además de las faenas importantísimas de Javier Castaño, que sorprendió a los aficionados con la silla y el manchego Rubén Pinar, que estuvo tremendo con el sexto, que fue un gran toro.
-¿Los tres merecen repetir?
-En principio sí, desde luego. En Pamplona siempre valoramos al que está bien en nuestra plaza, tanto en lo que se refiere a toreros como a ganaderías.
-¿Qué nota general le daría a la feria?
-Sin duda un notable alto: un 8,5.
-¿Qué es lo que sucede para que determinadas figuras del toreo no quieran pisar Pamplona?
-No lo puedo decir porque no lo sé. Hay tres clásicos que no vienen desde hace años: Enrique Ponce, que se despidió por todo lo alto de esta plaza; Morante y Manzanares, que simplemente dicen que Pamplona no entra en sus planes. Este año ha sido El Juli el que no ha querido venir, aunque con la salvedad de que nos dejó las puertas abiertas para otras temporadas. Yo creo que a la vista está que no les gusta a muchas figuras del toreo la feria de Pamplona.
-¿Les preocupa a la hora de confeccionar los carteles que la baraja de figuras se vaya estrechando año tras año?
-En el fondo, la verdad es que no porque siempre va a haber toreros que quieran venir a Pamplona aceptando las características del toro que se lidia en esta plaza. Contratamos las ganaderías sin pensar en absoluto en ningún torero. El que no quiera venir que no venga, pero siempre va a haber gente joven, novedades y toreros que se echen la feria a la espalda.
-Pero se acoplan unos toreros a unas corridas sobre el papel más toreables y otros a las más duras.
-Es que queremos que vengan los toreros que deseen asumir dichos toros porque hay que dar variedad. Las corridas mal llamadas comerciales en Pamplona no tienen que ver casi nada con la misma ganadería en otras plazas. Esto es así porque la presentación de estos toros marca las diferencias.
-Todas las puertas grandes de la feria, excepto la de Rafaelillo con los miuras, han salido de las corridas de las figuras… ¿Son más toreables o fáciles?
-Al final las figuras se apuntan a las corridas que ellos estiman que se adaptan mejor a su forma de torear; y en definitiva a lo que quiere el público, que es verles a ellos con ese tipo de corridas. Por regla general es verdad que son las corridas más toreables, pero fáciles, en el toreo nada es fácil, y en Pamplona, con este tipo de toro, menos todavía.
-En diferentes medios y mentideros taurinos se especula con que ustedes seleccionan las corridas más para el encierro que para el festejo de la tarde.
-Eso no es cierto, lo que buscamos es el toro de Pamplona; le guste o no a la gente, con nuestras peculiaridades. Gusta el toro con cara y con peso. La realidad es que todas las ganaderías corren los toros en el campo pero no solo para esta feria o para los encierros, se hace porque la lidia es muy exigente para el toro y se persiguen faenas muy largas. Se exige que el animal sea un verdadero atleta y para eso se le entrena con carreras en zonas específicas de las ganaderías. Pero lo que buscamos es el toro de las características de una plaza tan especial como es la nuestra.
-¿Cómo valora el hecho de que se concedan tantas orejas y puertas grandes?
-Entra dentro de lo que supone el concepto de fiesta en San Fermín, de pasárselo bien y de disfrutar al máximo que tiene el público que se cita en la Monumental. Cuando se dice que hay orejas facilonas siempre pienso que en los toros no hay nada sencillo. Todo lo que se hace a un toro de Pamplona no es fácil y está claro que no se puede pretender que el público tenga la seriedad de profesores de la Sorbona. Si pide la mayoría la oreja hay que darla porque así lo estima el reglamento, y el público lo pide porque lo pasa bien. Así de sencillo. En cuanto a la segunda oreja funcionan otros motivos, y exceptuando la corrida de rejones y la novillada, sólo se ha premiado una faena con dos orejas en toda la feria.
-¿Cuándo comienzan a trabajar en la feria del año que viene?
-Pues desde el lunes 17, que comenzamos a hacer balance y a valorar lo que ha sucedido para dar forma a la feria de 2018. El primer paso que damos tiene que ver con el tema de los toros enviando a nuestro veedor a las ganaderías que consideremos que merezcan repetir.
-¿Habrá cambios en los hierros?
-No lo puedo decir todavía. Proclamar ahora que repiten todas las ganaderías anunciadas este año resultaría exagerado, pero decir que muchas lo merecen no sería faltar a la verdad. Otra cosa es que todas las ganaderías tengan para el año que viene toros para completar una corrida con las exigencias que tiene Pamplona.
-¿Cómo valora el hecho de que se haya establecido una relación tan buena entre Cayetano y Pamplona?
-Es una de las cosas que más me han impresionado de la feria. Su actitud y la manera con la que se desenvolvió en el ruedo. Realmente Cayetano cayó de pie en la plaza. Nos dijo Curro Vázquez, su apoderado, que se iba encantado de la forma en la que le había tratado el público y las cosas tan hermosas que había sentido en la plaza. Estaba muy agradecido con el público. Me lo esperaba bien pero es que estuvo muy bien.
-¿Se barajó su nombre para la sustitución de Roca Rey?
-Es verdad. Se habló y se le ofreció pero tenía una serie de compromisos ineludibles y se tenía que ir de Pamplona.
-¿Puede adelantar algo de balance económico de la feria?
-Es muy pronto para tener los datos definitivos pero desde ahora puedo decir que vamos a estar muy satisfechos porque se han cumplido todas las expectativas.
-¿Parece que no hay quien pueda con una feria que cada año llena prácticamente todas las corridas?
-Es impresionante. La lealtad del público de Pamplona y Navarra con la Feria del Toro es inquebrantable. Existe una afición que responde todos los años y es para quitarse el sombrero. Cada vez está más claro que son totalmente inconcebibles unos Sanfermines sin la presencia del toro, desde por la mañana en el encierro hasta la culminación por la tarde con la corrida, que sigue llenando día tras día el coso con una impresionante expectación.
-¿Le gusta el ambiente de la novillada?
-Nos encanta porque además de que se registra cada año una entrada tremenda, la verdad es que se ve un público familiar, con mucha gente joven en los tendidos, la plaza respira un ambiente completamente diferente a los días de las corridas y da gusto ver los tendidos. Es una de las tardes más bonitas para los aficionados.
-¿Cree que la apuesta por la promoción con eventos como Toros en familia hace que se vea el toreo con mucha más normalidad?
-Totalmente, además viene cada año más gente y es increíble la cantidad de niños que pueden ver de cerca a sus ídolos que les enseñan los primeros pasos de la lidia. Creo que es una forma muy bonita de fomentar la afición taurina. Seguiremos apostando por ello.
Entrevista realizada por Pablo García Mancha y publicada en Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX