
Javier Marín en la plaza de tientas de Condesa de Sobral, delante del ganadero Álvaro Domecq, sentado, con gorra campera.
El novillero navarro toreó ante la atenta mirada de Álvaro Domecq, propietario de este hierro.
Tras su paso por Valdeolivas y Los Recitales, el novillero navarro Javier Marín continuó su preparación recientemente en la finca Herdade dos Montezes, en la localidad portuguesa de Beja, donde se cría el ganado bravo de Condesa de Sobral, cuyo propietario es Álvaro Domecq.
En su plaza de tientas y bajo su atenta mirada, Marín se las vio con tres vacas, de procedencia Torrestrella, en un tentadero que resultó muy exigente por la bravura de la materia prima. Las tres eralas necesitaron mucho sometimiento en la primera fase de las respectivas faenas, hasta dominar sus enrazadas embestidas. En las segundas partes de los trasteos, el joven de Cintruénigo pudo disfrutar por el fondo de clase que mantuvo el trío de ejemplares.
El novillero cirbonero realizó tres faenas largas, variadas y templadas, por ambos pitones, en un entrenamiento, una puesta a punto que le sirvió de verdad.