Se llevó el trofeo al mejor varilarguero por lo bien que realizó su labor frente al quinto de la tarde.
El tudelano Juan Manuel Sangüesa consiguió el sábado pasado en la plaza de Mont de Marsan el trofeo al mejor picador, por lo bien que realizó su labor ante el quinto de la tarde, un toro, como el resto del encierro, de Victorino Martín.
Ante un plaza llena en la mitad de su aforo, hicieron el paseíllo Emilio de Justo (saludos y oreja), Mathieu Guillon ‘El Monteño’ (silencio tras aviso y saludos) y Manolo Vanegas (saludos tras aviso y oreja).
Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, bien presentados, interesantes de juego y con nobleza; los más complicados fueron el sexto y el primero, que se quedó corto; todos fueron aplaudidos en el arrastre.
Sangüesa toreó a las órdenes de El Monteño, a quien, según las crónicas, se le notó falto de oficio. Ante su primero, segundo del festejo, compartió los rehiletes con el banderillero pamplonés Manolo de los Reyes, que ese día celebraba su cumpleaños. Ambos se lucieron en este segundo tercio.
Frente al quinto, llamado Mosquito, según la crónica de Philippe Gil Mir, Guillon “perdió los papeles con el capote. Sin embargo, seguidamente, el picador navarro protagonizó una gran tercio de varas, ante un toro que recibió tres puyazos en toda regla y uno más con la puya de tienta. Su buen hacer le hizo acreedor del trofeo al mejor picador del festejo, la última corrida de toros de la temporada francesa.
Respecto a otros trofeos, el destinado al triunfador de la tarde fue a parar a Emilio de Justo y el que reconocía a la mejor cuadrilla, a la de este matador de toros.