El torero navarro le cortó tres orejas a un buen lote de Rancho Seco.
Ganado: Un novillo, primero, y cinco toros de Rancho Seco, segundo y cuarto para rejones, de buen juego en conjunto.
Toreros: Jaime Ruiz (palmas) Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y dos orejas), Alejandro Amaya (oreja en ambos) y los Recortadores Españoles (ovacionados).
Lugar y fecha: Plaza de toros El Pinal en Teziutlán, estado de Puebla. 23 de marzo.
Incidencias: Prácticamente lleno. Corrida mixta conmemorativa del CDLXII aniversario de la fundación de la ciudad. El caballero navarro y Amaya salieron a hombros.
Pablo Hermoso de Mendoza salió a hombros el domingo pasado en la coqueta plaza de Teziutlán, escenario al que regresó cuatro años después de su última actuación, un festejo que también saldó con triunfo de puerta grande.
El jinete estellés comenzó a cimentar su exitosa tarde ante el primero de su lote, un toro chico, que salió despistado de chiqueros y que reaccionó con el primer rejón de castigo, puesto a lomos de Palomo. A partir de ahí, el astado comenzó a embestir con continuidad y cierta bravura. De este modo, estuvo galopando detrás de Vinoso, que lo llevó pegado a tablas, toreado a dos pistas. Después, fue Habanero el que completó el tercio de banderillas y el que puso la plaza patas arriba con sus piruetas ajustadas, continuas y ceñidas. En el tercio final, ya con Pirata, el torero se mostró impreciso con las cortas y el rejón letal cayó algo trasero, lo que no impidió la concesión de una oreja.
El segundo toro de su lote tuvo de salida un comportamiento un tanto desconcertante; galopó sin sentido y, cuando embestía, tan pronto se frenaba como arrollaba. Por ello, montando a Fo, el jinete estellés tuvo que tirar de técnica para clavar el rejón de castigo. Seguidamente, en banderillas, aunque el toro seguía siendo molesto por andarín, con Disparate lo fue sometiendo y logró buenos momentos galopando de costado. Completó el tercio con Dalí, que citó al astado con la cola y lo dejó llegar mucho en cada embroque. Ya con Pirata, el rejoneador navarro se lució con las cortas y con un par a dos manos. Terminó su actuación con un gran rejón de muerte, que desató una lluvia de pañuelos en los tendidos y la concesión del doble trofeo.