Al descabellar, sufrió dos pitonazos del primero de su lote, que le obligaron a pasar a la enfermería.
Ganado: Dos toros de Campo Hermoso para rejones, primero y cuarto, éste magnífico por bravo, y cuatro de Los Ébanos, bien presentados y de juego desigual.
Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (palmas tras aviso y dos orejas), Federico Pizarro (silencio tras dos avisos y oreja) y Arturo Saldívar (silencio en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros El Relicario Joselito Huerta de Puebla. 30 de enero.
Incidencias: Casi lleno. Festejo nocturno. Penúltima corrida de la historia en la plaza El Relicario.
Después de diez tardes consecutivas abandonando las plazas mexicanas a pie y las cinco últimas sin ni siquiera haber cortado trofeos, Pablo Hermoso de Mendoza retomó el sábado pasado en Puebla la senda del triunfo, ya que consiguió las dos orejas del segundo de su lote, trofeos que le permitieron salir a hombros. Eso sí, fue un festejo tan triunfal como accidentado.
El toro que abrió plaza, cuando iba a ser descabellado, pegó un arreón y arroyó al rejoneador, que sufrió dos pitonazos, en un una rodilla y en un codo, que le obligaron a pasar a la enfermería para ser atendido de estas heridas.