Consiguió sumar su décimo tercera puerta grande en ese país americano
FICHA TÉCNICA:
Plaza: portátil, en Campeche.
Ganado: dos toros para rejones de Cuco Peña, segundo y quinto, dos de San José, primero y cuarto, y otros dos de La Venta de Romero.
Alejandro Amaya: palmas en ambos.
Pablo Hermoso de Mendoza: palmas y dos orejas y rabo.
Xavier Ocampo: silencio en ambos.
Incidencias: Lleno. El navarro dio la vuelta al ruedo con su hija, Paula.
Pablo Hermoso de Mendoza retomó el pasado viernes su temporada mexicana y la senda del triunfo, pues logró cortar los máximos trofeos de un toro de Cuco Peña, lo que le permitió volver a salir a hombros.
Poco pudo lucirse frente a su primero, un toro incómodo, de embestida descompuesta, que cortaba el viaje, se venía al paso o pegaba arreones. Además, no acertó con el rejón letal, por lo que todo quedó al final en unas cálidas palmas.
El triunfo grande lo consiguió frente al quinto, también marcado con el hierro de Cuco Peña. Fue un ejemplar completamente diferente al anterior, de embestida alegre y con recorrido, cualidades que de inmediato percibió el estellés. Las aprovechó a la perfección, se lució e hizo lucirse a sus monturas, y rubricó una faena tan artística como poderosa.
Demostró por qué es la máxima figura mundial del toreo a caballo. Sobre Estella, colocó los de castigo en buen sitio. El espectáculo continuó en banderillas, con Van Gogh y Dalí, con banderillas al quiebro, yendo siempre de frente y exponiendo. Al final, con Pirata, colocó un par a dos manos que provocó el delirio en los tendidos y concluyó con una excelente ejecución de la suerte suprema, que prologó la concesión de los máximos trofeos.