HERMOSO DEBUTA EN ETZATLÁN Y LOGRA EL 3º RABO DE SU CAMPAÑA

Hermoso de Mendoza clava una banderilla a lomos de ‘Impaciente’.

En esta plaza, que llevaba casi tres décadas sin ofrecer toros y que se llenó para la ocasión, hizo debutar a ‘Impaciente’, un hijo de ‘Viriato’ que causó muy buena impresión. Fotografías: pablohermso.net.

Ganado: Dos novillos, primero y cuarto, y dos toros, tercero y sexto, de San Marcos y dos toros para rejones de San Pablo, de juego dispar; el segundo, premiado con la vuelta al ruedo.

Toreros: Arturo de Alba (oreja y silencio), Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y rabo y oreja) y Pepe Murillo (oreja y vuelta).

Lugar y fecha: Plaza Granada de Etzatlán, estado de Jalisco. 11 febrero.

Incidencias: Lleno. El caballero navarro salió a hombros.

Regresaron los toros a la localidad de Etzatlan, muy cerquita de Guadalajara, después de casi tres décadas sin asomarse por esta bonita y cuidada plaza denominada Granada. El acontecimiento no pasó desapercibido y el público acudió en masa, llenó el tendido y formó larguísimas colas antes del festejo para acceder a las localidades.

El ambiente se vio justificado por la actitud de los toreros y, especialmente, de un Pablo Hermoso de Mendoza en estado de gracia y que se repuso al sinsabor que el descabello le había producido el día anterior. En esta ocasión, en su primero, obtuvo los máximos trofeos merced a una actuación lucida y templada ante un bravo y encastado toro de San Pablo al que se le premió con la vuelta al ruedo. Realizó la faena con Ágora II de salida, Berlín y Gaiato en banderillas, y con Garfio, con el que cerró la faena con un rejonazo de efectos fulminantes, que posibilitó la concesión de un rabo.

Y si no repitió triunfo en el quinto fue por los dos pinchazos previos al rejón final. En esta segunda intervención lo más destacado fue el debut de Impaciente, hijo de Viriato, uno de los potros de la casa, sobre el que se depositan muy buenas perspectivas. Acusó la juventud y extraño todo lo que sucedía en la plaza, pero en la cara del toro lo olvidó y dejó dos buenas banderillas, atacando de frente y sin asustarse del toro. Fueron dos pinceladas de buena nota y que dejan abierto un futuro prometedor.