Ecuextre ha dedicado una completa exposición a los más veinte años de profesión del rejoneador navarro.
Todo sucedió el viernes pasado. Volvieron a estar juntos en público, ante muchos espectadores otra vez. Pero en esta ocasión sin el peligro del toro. Todo lo contrario. Disfrutaron en el magnífico escenario de Ecuextre, una completa feria del toro y del caballo que se ha celebrado en la extremeña Badajoz.
Tal muestra ha contenido una exposición sobre los más veinte años de profesión del rejoneador navarro. Para Hermoso ha sido como una vuelta al pasado. Allí estaban los míticos Cagancho y Chicuelo, un montón de sillas de montar que acomodaron los éxitos del estellés, sus trajes de torear y numerosas cabezas de toros que fueron testigos, y protagonistas también, de su triunfos, plasmados en un sinfín de trofeos, expuestos asimismo.
El maestro fue recibido en loor de multitudes, como requería la ocasión, como artista histórico que es. A su llegada a Ecuextre le esperaban el presidente del Gobierno de Extremadura, José Antonio Monago, el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, el concejal delegado de la feria, Francisco Javier Fragoso, y el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, entre otras autoridades.
Todas ellas recorrieron la exposición y escucharon las explicaciones del navarro sobre los dos caballos citados, sobre todos los recuerdos expuestos, sobre el rico pasado profesional que atesora.
La mañana finalizó con un coloquio dirigido por el periodista Manolo Molés y en el que también intervino el rejoneador portugués Joao Moura Jr.
Pablo Hermoso de Mendoza reconoció la grata sorpresa que había recibido. “No me esperaba una exposición tan completa. Es emotivo ver ahí a toros históricos de mi vida, tantos momentos en cuanto a trajes, monturas y trofeos emblemáticos de mi carrera. Es como haber traído un cachito de mi casa a Badajoz”.
En el coloquio, el estellés rememoró momentos de sus más veinte años de carrera y destacó recuerdos como “un traje gris al que le faltan dos botones, con el que salí a hombros de Sevilla, donde corté un rabo y la primera vez que lo corté en la Monumental de México con el mismo traje. Están las cuatro cabezas de toro correspondientes a las cuatro despedidas de Cagancho, en Sevilla, Madrid, Pamplona y México. El toro del rabo de Sevilla, el de México…”.
Respecto al futuro de la fiesta de los toros, se mostró muy optimista. “Cuantos más ataques recibimos también más fuertes nos hacemos nosotros y más intentamos defendernos. Al final, la fiesta por sí misma se va a mantener. Pero sí creo que tendría que haber modificaciones porque todo va evolucionando en la vida y también la fiesta de los toros tendrá que evolucionar. Por ejemplo, cuando se pusieron petos a los caballos parecía una aberración y ahora lo vemos tan normal”.
Terminado el coloquio y tras firmar numerosos autógrafos, el torero se retiró al hotel donde se hospedaba para descansar. Por la tarde, hizo el paseíllo en Badajoz, salió a hombros y se proclamó primer triunfador de la Feria de San Juan. No podía ser de otra manera.
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