
Hermoso provocó la locura en los tendidos con un par de cortas a dos manos, a lomos de ‘Pirata’. Fotografía: pablohermoso.net
Tras once años de ausencia, regresó a esta localidad, donde conserva buenos amigos por la caza con galgos.
Lugar: plaza de toros de Medina del Campo (Valladolid).
Ganado: seis toros de Benítez Cubero (alguno con el hierro de Pallarés), de buen juego en líneas generales.
Pablo Hermoso de Mendoza: ovación y dos orejas.
Sergio Vegas: silencio y dos orejas.
Diego Ventura: oreja y dos orejas.
Incidencias: media plaza. Los tres rejoneadores salieron a hombros.
Pablo Hermoso de Mendoza consiguió triunfar el domingo pasado en una plaza, la vallisoletana de Medina del Campo, a la que regresaba después de once años de ausencia, en una localidad querida especialmente por el navarro, porque conserva buenos amigos por la caza con galgos, una de sus mayores aficiones.
En primer lugar, se las vio con un toro berrendo con el que no pudo disfrutar de un triunfo, por no acertar con el rejón de muerte una vez más. Pese a ello, realizó una faena templada y torera, que saborearon los tendidos, y ante un toro que no ayudó demasiado y complicó las evoluciones de Disparate, de Manolete e Ícaro en banderillas, y de Pirata en el tercio final.
El triunfo grande lo alcanzó frente al cuarto, otro toro que no colaboró, por lo que todo lo tuvieron que hacer el estellés y cuatro de sus monturas. Primero, la elegante Villa toreando con la bandera y parando al cuatreño. Después, el espectáculo llegó con Van Gogh, que se dejó llegar mucho al toro, y Viriato, que se enroscó con el toro y exprimió las pocas embestidas que tenía. El final de la faena lo protagonizó con Pirata, con el que levantó la tarde con las cortas, con los desplantes y con un par de cortas muy del gusto de la plaza. Terminó con un rejonazo al segundo intento y paseó en triunfo las dos orejas del astado. Certificó así su quinta puerta grande en esta plaza. Cinco actuaciones y cinco salidas a hombros.