El caballero navarro protagonizó su décima actuación en este coso, que siempre ha abandonado a hombros.
Ganado: Seis toros de Luis Terrón, bien presentados y de juego dispar.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (cuatro orejas), Manuel Manzanares (oreja en ambos) y Andrés Romero (oreja en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba). 28 de septiembre.
Incidencias: Dos tercios de plaza. Los tres rejoneadores salieron a hombros.
La de ayer en Pozoblanco fue una tarde de plenos para Pablo Hermoso de Mendoza. Pleno, porque cortó las cuatro orejas posibles de su lote y pleno porque en su décima actuación en este escenario logró su décima puerta grande; es decir, toreó en un coso que nunca ha abandonado a pie.
Al caballero navarro le correspondieron dos toros de distinta condición. Al que abrió plaza, bueno, lo mimó de salida con Napoleón para que llegase en buenas condiciones al tercio de banderillas. Lo logró y, por ello, con Disparate pudo exprimir toda la bravura y las buenas condiciones del astado, y ofreció todo su repertorio de buen toreo, incluida la vibrante hermosina. Después, el final de la faena, ya con Pirata, fue muy intenso, con una breve rueda de cortas, con un par a dos manos, con desplantes con las riendas sueltas y con un rejonazo, con el que se aseguró la puerta grande.
El cuarto de la tarde fue otro cantar. Reservón a la hora de embestir, obligó a que las monturas mostrasen toda su destreza y a que tuvieran que pisar terrenos muy comprometidos. Faena técnica más que vistosa, iniciada con Churumay, continuada con Duende y Viriato en banderillas, que tuvieron que meterse encima del toro, y concluida con Pirata, que, en un alarde de garra y valor, permitió que terminase con un espectacular rejón letal, que posibilitó la concesión de otras dos orejas.