`Pirata’ tuvo una actuación excepcional en Valencia.
El primer toro, en su agonía, persiguió al estellés -que había echado pie a tierra- y entonces salió en su auxilio Pirata, que mordió al toro para defender a su dueño.
Ganado: Dos toros para rejones de Fermín Bohórquez, primero y cuarto, y cuatro de Victoriano del Río, de poco juego en conjunto.
Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y saludos desde el tercio tras leve petición), El Juli (saludos desde el tercio en ambos) y Miguel Ángel Perera (silencio en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Valencia. 25 de julio.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Al finalizar el paseíllo, la peña Pablo Hermoso de Mendoza de Valencia hizo entrega al torero navarro de una placa conmemorativa de sus veinticinco años de alternativa.
Pablo Hermoso de Mendoza fue el único torero que cortó un trofeo el pasado viernes en el quinto festejo de la Feria de Julio en Valencia. El pobre juego de los toros de Victoriano del Río condicionó un espectáculo en el que los dos diestros de a pie, El Juli y Miguel Ángel Perera, se fueron de vacío.
El caballero navarro cortó una oreja, la única de la tarde, del toro de Bohórquez que abrió plaza. Clavó con Napoleón dos rejones de castigo, dejándose llegar los pitones del animal, al que clavó cuatro banderillas sobre Disparate provocando mucho la embestida con la suerte de la hermosina. Tuvo que hacerlo todo el jinete frente a un astado justo de raza y empuje. Dejó dos cortas con Pirata previas al adorno del teléfono y mató de pinchazo y rejonazo sin puntilla. El toro, en su agonía, persiguió al jinete -que había echado pie a tierra- y entonces salió en su auxilio Pirata, que mordió al toro para defender a su dueño, en lo que fue un episodio inaudito.
El torero estellés malogró con el rejón de muerte su faena al cuarto. Descordó al de Bohórquez, al que clavó con Churumay un único rejón de castigo. Luego, dejó tres palos con Duende y otros dos con Habanero, cuyas piruetas llegaron con fuerza al público. Concluyó su buena faena sobre Pirata clavando cuatro cortas, dos de ellas en un par a dos manos.
Terminada su actuación, entre barreras, hizo las siguientes declaraciones: “La gente ha estado entregadísima de principio a fin. Con ese segundo, que ha tenido menos movilidad y ha sido más paradito, la gente se metió en la faena y aun a pesar de descordar al toro me pidieron la oreja. Eso me lo llevo como un detalle de cariño de Valencia hacia mí”, concluyó.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX