HERMOSO CORTA LA ÚNICA OREJA EN EL CIERRE DE LA FERIA DE LIMA

Momento en el que Hermoso de Mendoza brinda su primer toro a Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura.

El caballero navarro brindó su primer toro al Premio Noble Mario Vargas Llosa.

Ganado: Toros de Vistahermosa, primero, San Esteban de Ovejas, segundo, cuarto y quinto, y San Esteban de las Palmas, sexto, bien presentados en conjunto y de juego dispar; el primero fue ovacionado en el arrastre por bravo y noble.

Toreros: Pablo Hermoso de Mendoza (silencio y oreja), Enrique Ponce (silencio y vuelta al ruedo) e Iván Fandiño (ovación tras aviso y silencio).

Lugar y fecha: plaza de toros de Acho, en Lima (Perú). 8 de diciembre.

Incidencias: Casi lleno. Último festejo de la Feria del Señor de los Milagros.

Pablo Hermoso de Mendoza cortó el domingo pasado la única oreja del festejo que cerró la Feria del Señor de los Milagros de Lima pero, sobre todo, demostró una vez más por qué es considerado el mejor rejoneador de la historia, pues, pese a las condiciones de su lote, logró emocionar al público limeño, que casi llenó la plaza.

A su primero, brindado al Premio Nobel Mario Vargas Llosa, acérrimo defensor de la Fiesta que presenció el espectáculo desde el callejón, le pudo cortar las dos orejas pero emborronó su labor con el rejón letal. Antes había puesto los tendidos al rojo vivo con Disparate y la vistosa suerte de la hermosina, y con Viriato, que, con su toreo de cercanía, ofreciendo el pecho, aguantó las embestidas del encastado toro, ejemplar que fue ovacionado en el arrastre. Inexplicablemente, el público guardó silencio, cuando el estellés merecía, al menos, una ovación.

Consiguió una oreja del cuarto de la tarde, un toro serio, con cara, pero reservón, descastado y sin ritmo. Por ello, el torero tuvo que echar mano de sus grandes recursos para, dándole todas las ventajas, encelarlo y lograr que el astado colombiano acudiera al encuentro. Lo mejor de la faena llegó con la actuación de Manolete, que culminó un gran tercio de banderillas, lleno de técnica, y consiguió que un toro por el que nadie apostaba pareciera por momentos toreable. Cerró su labor con tres cortas montando a Pirata y un rejón letal en muy buen sitio, lo que permitió que el navarro paseara en triunfo la única oreja de la tarde.