HASTA LAS VACAS SE RÍEN DE TANTO CINISMO. ARTÍCULO DE OPINIÓN

Una suelta de vacas en Noain.

Una suelta de vacas en Noain.

Vivimos unos tiempos confusos, en los que se impone la ignorancia, factor que está haciendo que avancemos cada vez más hacia una sociedad completamente idiotizada.

Se trata de una corriente minoritaria, que ha adquirido poder y, por tanto, intenta imponer su criterio. Que Dios nos pille confesados.

Cubierta con la careta de la Democracia, se trata de una nueva corriente que aquí –curioso- marcha de la mano de otra nada nueva, independentista, que todavía no ha pedido perdón a las víctimas del terrorismo de ETA y que, no nos engañemos, posiblemente no lo hará.

Esta nueva corriente populista, la del podemismo o la podemita, se vanagloria de abanderar el progresismo pero, sin embargo, lo hace bajo el cuño de la prohibición; eso sí, siempre con apariencia democrática. Posiblemente, ni Franco intentó prohibir tanto.

Aquí, desde hace dos años y siempre de acuerdo con Bildu, aspiran a abolir todo lo relacionado con los toros, con los bravos, en todas sus manifestaciones culturales, incluidos los encierros de San Fermín y, por supuesto, los de otras localidades navarras.

De momento, les ha tocado el turno a las vaquillas, a aquellas que llevan siglos criándose en Navarra. Pretenden eliminar las sueltas de vacas, poco a poco y mediante un sistema de aparente democracia, el de los referéndums municipales. Comenzó hace dos años en Barañain (alcalde de Bildu) y lo consiguieron; la votación arrojó un ‘no’ a las vaquillas. Quince días después repitieron la jugada en Huarte (gobernada por Bildu) y, de nuevo, obtuvieron el deseado ‘no’; pobrecitas vacas…

Hace un año, lo intentaron en Noain (Queremos-Noain) pero, esta vez, el tiro les salió por la culata; la población dijo ‘sí’ a este arraigado espectáculo. Y lo mismo les sucedió hace un mes en Burlada (Cambiando Burlada), aunque aquí por los pelos.

Pero, no conformes, la intentona va a desplazarse ahora a Zizur, donde gobierna Geroa Bai, gracias al apoyo de Bildu e IE.

Con ese talante de falso progresismo, no les ha importado no tener en cuenta que Zizur celebra suelta de vaquillas desde hace cuarenta años y todos los días de sus fiestas, salvo el del cohete y, durante muchos años, en sesiones de mañana y tarde. Posiblemente, porque a sus habitantes les gustaba, sentían como algo propio el ponerse delante de las vacas o verlas desde el vallado.

Argumentos

Salvo para los más inocentes o despistados, sabemos que Bildu intenta acabar con todo lo que suene a español y considera que el mundo taurino, incluidas las vaquillas, pertenece a ese ámbito. Ignorancia pura y más si se tiene en cuenta que la tradición multisecular de Navarra de criar ganado bravo y la teoría que asegura que el toreo a pie nació en Navarra. Allá ellos con su película.

La corriente podemita, por el contrario, esgrime otro argumento –mucho más guay- para estar en contra de vacas, toros y todo lo que huela a bravo o suene a manso. Éste no es otro que el animalista. Lo primero es defender al pobre animal, tanto que muchas veces se olvidan de algo mucho más importante, del ser humano. Así, con ese talante envidiable, al que se declara taurino lo califican directamente, sin piedad, y sin derecho a réplica, de ‘facha’. Y, por el contrario, el guay, el progresista es el antitaurino, generalmente un ser completamente ignorante en materia taurina.

Dicho esto, sería interesante conocer los hogares de los dirigentes podemitas y comprobar que en ellos habitan canarios enjaulados, perritos mascota o gatitos bien capados y a los que se les arrancó las uñas, para evitar que rayasen los muebles, e incluso animales más extraños. ¡Qué gran sensibilidad! Me emociono… Ahora bien, ni un animal en lo circos y menos en las cabalgatas. ¡Cuánta imbecilidad!

En fin… Regresemos a la suelta de vaquillas. Por mucho que trabajen por su eliminación, en Navarra lo tienen francamente difícil… y lo saben. En esta tierra, cada año, se celebran más de mil espectáculos taurinos, desde corridas de toros hasta suelta de vacas pasando por encierros. ¡Qué bárbaros!, dirán esos animalistas, que desconocen la tradición taurina de Navarra, que no saben que tenemos unas setenta explotaciones de bravo, cantidad que ofrece una pequeña muestra de la importancia del sector, que no quieren saber que para muchos pueblos unas fiestas sin vacas no son fiestas.

Deseo que podemitas e independentistas se quiten la careta del cinismo y que su talante democrático vaya mucho más lejos; por ejemplo, preguntando a los ciudadanos en sus respectivas poblaciones si debe haber o no ‘txoznas’, dado que en las zonas donde se instalan se dispara el ruido y, generalmente, la suciedad, sustancias aparte.

No lo harán, seguro. Ahora bien, no olvidemos que su fracaso está cercano. El año que viene habrá elecciones. A que saben, amigos lectores, a quién no votarán jamás las vaquillas, las vaquillas de Navarra. Pues eso.

Koldo Larrea.

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