Su actuación del pasado domingo en Estella, un premio a sus buenas notas, será la única de esta temporada.
“Siento el orgullo de ser hijo del mejor, pero también siento responsabilidad por ser hijo de quien soy”. Son declaraciones de Guillermo Hermoso de Mendoza tras su presentación oficial como rejoneador el domingo pasado, tarde en la que cortó tres orejas y salió a hombros junto a su padre y Manuel Manzanares.
Una puerta grande que, obligatoriamente, será la única de esta temporada. “Fue como un premio a mis buenas notas y hasta que no cumpla los 18 años, no me dejan torear más en público. De momento, cumplo 17 años mañana sábado, y ya el año que viene empezaremos…” avanzó el joven jinete en los micrófonos del programa El Toreo.
En la tarde de su presentación oficial, su padre le cedió su cuadrilla y varios pesos pesados de su cuadra. “Toreé con Pirata, Disparate, Napoleón…. Aunque con ellos tampoco se cortan las orejas solas. De todos modos, me identifico más con Disparate y Napoleón por su pureza para ir de frente, aunque Pirata es uno de los caballos más toreros que hay”.
Quien compagina sus estudios –grado medio de Forestal- con la monta, sufrió también el domingo pasado una espeluznante voltereta. “Mi segundo estaba muy aquerenciado, no salía de tablas y fui de frente; el caballo se metió demasiado y caímos él y yo”, recordó quien ya había tenido dos apariciones en público: la primera, una exhibición en Logroño hace dos años con motivo de la presentación de los carteles de la feria, y la segunda este año, en la localidad mexicana de Ciudad Valles, donde su padre le invitó a poner banderillas.
De momento, es su madre quien está más preocupada con la situación. “Es la que más pegas me ha puesto”, confiesa entre risas, mientras reconoce que le gusta asimismo el toreo a pie, “pero es más como hobby que como profesión”, concluye el joven jinete.