Su padre ha topado con el peor lote y no ha tenido opción alguna de triunfo.
Ganado: Seis toros de Hermanos Sánchez Herrero, de escaso juego, a excepción del buen quinto.
Rejoneadores: Pablo Hermoso de Mendoza (ovación y silencio), Lea Vicens (ovación y oreja) y Guillermo Hermoso de Mendoza (ovación tras aviso y dos orejas).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Cuéllar, en Segovia. 30 de agosto.
Incidencias: Menos de media plaza. Sexta y última de feria. Este festejo tenía que haberse celebrado el martes pasado, pero se tuvo que aplazar por las fuertes lluvias caídas. El joven caballero navarro ha salido a hombros.
Guillermo Hermoso de Mendoza ha dejado claro hoy en Cuéllar el magnífico momento de toreo por el que atraviesa y ha sido el último triunfador de una feria marcada por el fallecimiento de un corredor en uno de sus célebres encierros. Ésta es la crónica de Alejandro Martín, publicada en Mundotoro:
“La feria taurina de Cuéllar se cerró con un lío de Guillermo Hermoso de Mendoza, que pide caminar solo. Dos orejas al último de la tarde, pero pudieron ser más si llega a redondear la faena de su primero a espadas. Buena actuación de Lea Vicens ante el mejor astado de la tarde, al que cortó una oreja. Pablo Hermoso, por su parte, se cruzó con el lote menos propicio y, aunque estuvo en profesional, no tuvo opción alguna. Se lidió un encierro de Hermanos Sánchez Herrero, de pobre juego a excepción del buen quinto -aplaudido en el arrastre-. La última del serial cuellarano presentó la mejor entrada con algo menos de media plaza.
Soso y parado fue el que abrió plaza. Un astado bajo que no atendía a los toques e ignoraba al mayor de los Hermoso en el inicio. Con el rejón de castigo reaccionó y en banderillas tuvo celo, gracias al medido galope que compuso el navarro, y llegó a apretar incluso por alto. Hermoso obró una lúcida y amena faena, en la que destacó a la suerte al quiebro y de frente y por una colocación en todo lo alto. Lo peor fue la ejecución del rejón de muerte y el público, que estuvo con él en todo momento, ovacionó su actuación.
Más grande, basto y feo fue el segundo de su lote. Pronto se tapó y ofreció escaso juego, y Pablo Hermoso tiró de oficio para dejar buenos pasajes, pero sin terminar de coger vuelo. La nula movilidad del astado dificultó hasta en el rejonazo final y el de Estella se estrelló. Silencio.
Hondo, corto de manos y cuello fue el segundo, al que Vicens recibió con serenidad, pero sin acople en las suerte ni pulcritud en la colación. Cuando se asentó y se dejó llegar al burel, llegaron los mejores pasajes: a dos pistas y al quiebro. Elegante doma de la amazona gala, que cerró con dos rosas. Rejonazo trasero y agarrado, sin efectividad. Ovación.
Colorado, ojo perdiz y con brío fue el quinto. Mostró buen son de salida y apretó hacia los adentros cuando Vicens le exigió. Tuvo recorrido y mucha movilidad. La francesa aprovechó sus virtudes y estuvo valiente. Seria actuación que saldó con tino en banderillas y una vistosa monta. Empañó la faena a espadas y al final paseó una oreja. El astado fue aplaudido en el arrastre.
Algo más largo y fino fue el tercero. Inteligente estuvo Guillermo Hermoso, que clavó los rehiletes con ortodoxia y siempre en el sitio. Despejado de mente y centrado, puso al respetable de su lado a base de precisión en la ejecución y buen hacer. Su antagonista resultó un tanto distraído, pero propició un potable juego. Importante faena, que se convirtió en un auténtico clamor cuando abrochó con las cortas. Emborronó la faena con los aceros y todo quedó en ovación.
Menos juego ofreció el que cerró plaza, pero el menor de los Hermoso estuvo inteligente. Volvió a destacar en la colocación y encendió los tendidos -ya de noche- a golpe de talento y transmisión. El último par a dos manos, sin ayudarle el burel, deslució la faena, pero puso en liza sus ganas de querer ser. No marró con el acero y paseó el doble trofeo.