FALLECE EN SEVILLA EL GANADERO LUIS ASTOLFI, A LOS 52 AÑOS DE EDAD

Luis Astolfi.

Lidió una vez en la Feria del Toro de Pamplona; su festejo, programado para el 12 de julio de 1997, fue suspendido por el asesinato de Miguel Ángel Blanco y se celebró dos días después.

Luis Astolfi Ramírez, ganadero de bravo y propietario junto a su hermano Jerónimo de la vacada de Astolfi, falleció el martes en Sevilla, a la edad de 52 años, tras no superar una larga enfermedad, un cáncer de pulmón por el que fue ingresado el domingo pasado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Era, junto a su hermano Jerónimo, propietario de los hierros de Astolfi y La Gloria, cuyo ganado pasta en las fincas Majadallana y Las Galianas, situadas en las localidades sevillanas de Villaverde del Río y Castilblanco de los Arroyos, respectivamente.

Compraron su ganadería a Antonio Gallego Romero en 1990, cambiándole el hierro y formándola a partir de reses de Manolo González, para anunciarse inicialmente en los carteles como “Hermanos Astolfi”. Desde 1999 pasó a anunciarse “Astolfi” y añadieron dos sementales de Toros de Jarrama. En 2007 la refrescaron nuevamente con un lote de Manolo González, origen Guadalest y Torrestrella.

Triste tarde en Pamplona

La ganadería Astolfi sólo ha estado anunciada una vez en Pamplona. Fue el 12 de julio de 1997, día en el que ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, concejal de la localidad de Ermua. Por este motivo, la corrida de toros fue suspendida por decisión del Gobierno de Navarra. Se celebró dos días después, el 14 de julio por la mañana, lo que redujo la asistencia de público de manera considerable.

Los seis toros de Hermanos Astolfi formaron un conjunto bien presentado, con fuerza y genio, pero que manseó y resultó complicado en el último tercio. Por ello, tuvieron pocas opciones el navarro Sergio Sánchez y Domingo Valderrama; sin embargo, Óscar Higares logró una generosa oreja de cada uno de su lote y salió a hombros.

Aparte de este encierro, los toros de Astolfi regresaron a Navarra al año siguiente. Se lidiaron cuatro ejemplares en la plaza de Cintruénigo, en una corrida mixta completada con dos toros para rejones de otro hierro. Los cuatreños sevillanos suspendieron en presentación por anovillados y, mansos y descastados, ofrecieron un pobre juego. Pese a ello, Francisco Marco paseó una oreja y Diego Urdiales, dos.

Cinco días después, el 12 de septiembre, se lidió en Peralta una novillada de utreros de este hierro, que se salvó en presencia pero que suspendió en comportamiento por su descastada nobleza. Precisamente, cuatro años antes, en 2004, el Club Taurino de Peralta había visitado esta ganadería.

Retomando la defunción de Luis Astolfi, sus restos mortales recibieron sepultura ayer tras celebrarse una misa funeral en el cementerio de San Fernando de Sevilla. Descanse en paz.

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